Este viernes, MasterChef Junior 7 pone fin a su andadura por la parrilla de La 1. Pese a la popularidad que ha alcanzado Albert, que se disputará la victoria del concurso con Lu, Leo y María en la gran final, la séptima temporada del talent infantil no ha conseguido despuntar en audiencias, convirtiéndose en la edición menos vista de la historia del formato incluyendo las versiones de adultos y famosos.
Un año más, TVE apostó por MasterChef Junior como una de sus principales bazas de cara a la programación navideña de La 1. La primera toma de contacto con el público no fue la esperada, ya que el estreno de la séptima edición del espacio 23 marcó un 13,2% de cuota de pantalla y 1.781.000 espectadores, convirtiéndose en la segunda opción más seguida de la noche a mucha distancia del líder, La bella y la bestia.
Las sensaciones mejoraron ligeramente dos días después, cuando La 1 confió a MasterChef Junior 7 el prime time del 25 de diciembre. La Navidad le sentó bien al concurso: además de alcanzar el liderato, el programa anotó máximo de temporada al anotar un 14,5% de share y 1.942.000 televidentes, lo que le sirvió para imponerse a Liga de la Justicia y Florence Foster Jenkins.{wbamp-show start}
Con el cambio de año, MasterChef Junior 7 también varió su ubicación y se trasladó a la noche del viernes. Aunque en un principio este movimiento no perjudicó al rendimiento del programa (lideró en su tercera entrega con un 12,4% de cuota y 1.682.000 fieles), los regresos de Tu cara me suena y Mi casa es la tuya hirieron de muerte al talent, que cayó por debajo del doble dígito para acabar cosechando los peores datos de su historia.
La cuarta gala de MasterChef Junior 7, que tuvo como gran incentivo la repesca de Albert, cayó hasta un 8,5% de share y 1.265.000 adeptos, mientras que la semifinal tampoco fue capaz de rebasar la barrera del 10% y, pese a incrementar su audiencia, se tuvo que conformar con un 9,6% de cuota de pantalla y 1.349.000 espectadores.
A falta de la emisión de la final, MasterChef Junior 7 promedia un 11,6% de share y 1.603.000 televidentes, lo que se traduce en una caída de 2,7 puntos y 436.000 seguidores con respecto a la anterior temporada. Estos datos suponen un duro batacazo para TVE, que ha terminado por desgastar el formato al evitar cualquier tipo de descanso entre edición y edición, confirmando que la política de explotar a la ‘gallina de los huevos de oros’ hasta la extenuación ha sido desacertada.
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