Tras deslumbrar con su interpretación de Manuel Charlín en Fariña, Antonio Durán ‘Morris’ regresa a la televisión nacional en abierto de la mano de Néboa, el nuevo thriller de La 1. En esta ocasión, el intérprete se transforma en Antón, el patrón de uno de los barcos de los Ulloa al que la vida golpea con el asesinato de su hija a manos del ‘urco’, un personaje mitológico misterioso al que se responsabiliza de varias muertes.
La gran apuesta de TVE por el thriller, un género que ha explorado recientemente de la mano de ficciones como La caza. Monteperdido o Malaka, conlleva que las series deban tener elementos diferenciales reconocibles para que el espectador no pase de largo al considerarlas ‘otra más’. En palabras de Morris, la clave de Néboa reside en el ambiente que genera la isla donde sucede la historia: “No hay un malo ni un asesino, todos lo pueden ser. No conducimos al espectador hacia una investigación en la que se van dando pasos coherentes, va variando y es una auténtica locura”.
En esta línea, el actor recalca que “el entorno tiene muchísima importancia en el desarrollo de la serie”. “En Galicia, tan pronto grabas en exteriores, el producto adquiere una dimensión especial”, prosigue, lanzando una colección de halagos a José David Montero, responsable de la dirección de fotografía de la serie: “Me dejó en shock porque retrata todo esto de una forma espectacular y le da el protagonismo que debe tener. A veces, los personajes nos quedamos incluso detrás de la fuerza de la naturaleza”.{wbamp-show start}
No teme que el gran público le encasille por su papel en Fariña
Cuestionado sobre el hecho de que las cadenas hayan apostado por la deslocalización a la hora de ambientar sus series, Morris indica que “Galicia siempre tuvo ese potencial pero bueno, pasamos por una época en la que se hacían muchas coproducciones y se llevaban nombres de Madrid mientras que nosotros hacíamos los secundarios. A partir de Fariña, se fijaron en nosotros por esa necesidad del audiovisual de encontrar la vida propia de la periferia. Llevábamos muchos años en la sombra y trabajando con muy poquitos medios en la televisión autonómica”.
Por último, el intérprete no tiene miedo de que el gran público le haya encasillado por su papel en la ficción de Antena 3: “Físicamente son totalmente distintos. En Fariña hice un acercamiento a Manuel Charlín muy potente, me afeité la cabeza, era un personaje malencarado… Antón es un padre desesperado que participa en algún negocio de la isla pero que, sobre todo, se vuelve loco con el asesinato de su hija. Este es mucho más visceral, el otro era más un dibujo al que había que darle verdad”.
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