Los últimos ocho meses han sido clave para todos los trabajadores de Prensa Ibérica, especialmente para los que pertenecen al Grupo Zeta, adquirido por la familia Moll el pasado mes de junio. La compra provocó una reforma integral en la compañía que vendió la familia Asensio que ha desembocado en la salida de más de un centenar de trabajadores.
El cambio en la gestión ha provocado una unificación de redacciones y el cierre de varias cabeceras que ha sufrido en primera persona la plantilla de la compañía que se ha reducido drásticamente. Por este motivo y para evitar que la sangría de despidos siga aumentando, la plantilla busca una unificación en la coordinación sindical que les dé un peso mayor para defender sus puestos de trabajo y mejorar sus condiciones laborales.
La apuesta de CCOO, pasa por articular un órgano de coordinación de ámbito estatal que permita hacer frente a las directrices empresariales y de gestión de los trabajadores de Prensa Ibérica. Concretamente, son partidarios de coordinar las negociaciones de los convenios colectivos para evitar la disparidad de criterios en materias salariales e impuestos.
También consideran necesario crear una sección sindical en Prensa Ibérica que aporte asesoramiento legal y económico. Todo, centrado en la apuesta por ejecutar unas directrices comunes que, en el caso de una amortización de puestos de trabajo, se prioricen las salidas pactadas con indemnizaciones y salidas voluntarias que beneficien a los damnificados.
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