Que Pedro Sánchez no cuenta con el respaldo de un amplio porcentaje de la prensa no es ningún secreto. Desde que fuese nombrado presidente del Gobierno, han sido varios los enfrentamientos que ha tenido con diferentes profesionales de los medios de comunicación. El líder del PSOE ha tenido sus más y sus menos después de recurrir al hermetismo durante las conversaciones para formar Gobierno y no ha dudado en atacar a los medios que han publicado informaciones sobre su gestión que no dejaban a su gabinete en buen lugar, como es el caso del diario ABC.
La polémica ha vuelto a estallar en las manos de Pedro Sánchez. El responsable ha sido Fernando Garea, quien ha dejado de ser, por orden del Gobierno, el presidente de la Agencia EFE. Su lugar lo ocupará Cabriela Cañas, también periodista de cuna de El País. Sin embargo, este nombramiento cuenta con un mayor respaldo del que, en su día, tuvo el propio Garea, cuando en el verano de 2018 recibió el apoyo del Ejecutivo que había tomado posesión tras imponerse en la moción de censura a Mariano Rajoy.
¿Qué ha cambiado en los 19 meses que Garea ha estado al frente de la Agencia EFE? Mientras que la figura del presidente del Gobierno sigue siendo la misma, no ocurre lo mismo con Iván Redondo. En los últimos meses, ha ido aumentando la confianza de Sánchez en él, llegando a su máxima expresión hace poco más de un mes, cuando Pedro Sánchez nombró a Redondo director del Gabinete de la Presidencia.
Pocos sospechaban que la salida de Garea estaba próxima, aunque fuentes del sector apuntan a que sus desencuentros con el gabinete de comunicación de Moncloa han precipitado su destitución. Unos desencuentros que Fernando Garea ha dejado patentes en su carta de despedida: “Los que tienen muy claro, ellos sí, que una agencia pública de noticias no es una agencia de noticias del Gobierno. Repito y subrayo porque es oportuno: nos enseñan que una agencia pública de noticias no es una agencia de noticias del Gobierno, ni siquiera una agencia oficial”, recalca.
Esta ha sido una de las varias confrontaciones que Garea ha tenido con los miembros del Gobierno. Tampoco es un secreto que el periodista era partidario de instaurar un concurso público que acabase con la elección a directa del presidente de la Agencia, algo que no ha logrado. Lo más cerca que ha estado de lograrlo ha sido a través de la redacción de un documento firmado por todos los grupos menos el PSOE, en el que se comprometían a promover la elección parlamentaria de los presidentes de EFE. {wbamp-show start}
La transparencia ha sido su lucha y también la culpable de que Fernando Garea haya sido obligado a abandonar la presidencia de la Agencia EFE. Así lo han reconocido innumerables rostros del periodismo y la política. Pedro García Cuartango, quien fuera director de El Mundo asegura: “Cada vez es más difícil hacer un periodismo independiente. Sánchez acaba de destituir al frente de EFE a Fernando Garea, un ejemplo de independencia, profesionalidad y rigor. No tiraremos jamás la toalla y seguiremos haciendo nuestro trabajo. Garea sale por la puerta grande”.
Políticos como Íñigo Errejón también se han mostrado en la línea de Cuartango y la del propio Garea, asegurando que su salida sienta un mal precedente: “Estamos llamados a tomar medidas decididas para asegurar la independencia, el pluralismo y la calidad informativa de nuestros medios públicos. EFE no es una agencia del Gobierno. RTVE tampoco”, ha asegurado.
De momento, con la salida de Fernando Garea y la llegada de Gabriela Cañas, se sienta un nuevo precedente. El de la primera mujer que se ha convertido en presidenta dentro de la Agencia EFE. Su tarea no será fácil, entre otras cosas, porque ha quedado en entredicho la no independencia que el Gobierno quiere instaurar en el medio público.
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