El Alcalde de Madrid que va para presidente del Gobierno, y, que encabezará y sucederá al del malherido Sánchez, ha tenido que quitarse la mascarilla para anunciar que El Palacio de Hielo será la morgue de Madrid. Las empresas que se ocupan de este servicio, que cada vez está más demodé, se preparan ante la avalancha de clientes… ¿Cuándo nos daremos cuenta de lo que es el cuerpo, y el alma?
¿Has pagado los muertos? Le preguntaba un abuelo de 70 años a su pareja de hecho. La dama le contestaba: Sí, mi amor, tranquilo que eres muy joven para pensar en ello, pero estamos al día. El abuelete que camina en bici más de treinta kilómetros al día, tiene la esperanza de no caer en manos del dichoso virus. Pero, si en diez años puedes escribir dos libros, en 70 puedes currarte una biblioteca de títulos diversos. Además, hace unos años perdió a su único hijo por una corta y salvaje enfermedad… Los recuerdos, acercarse al momento al que todos estamos entregados, pero pocos lo adelantan… Y, le invade la depresión. En su memoria: aquella novia, aquel cabrón de compañero, el del bar, la chica de la tienda de calcetines… Recuerdos que tiene que guardar en el silencio de la locura de no poderlo explicar, porque es una vida, tan largo como su existencia. Al pronto, suena el teléfono. En la casa, el invento está en la planta baja, y él está tumbado meciéndose, y ella tendiendo en el patio de la yerba, y soñando con volar, a aquella estrella, que de día no se ve. Les invade el amor, la sorpresa y la leyenda. Él corre con miedo, sabe que al teléfono fijo no les suelen llamar, pero le quita importancia, y de un salto se presenta en el salón-cocina y lo agarra por el pescuezo. – Sí dígame. Al otro lado: – Buenos días. Le llamamos de la compañía de seguros OCASO para saber qué tal se encuentra (lo cuál le deja perplejo). – Bien, por qué. Y su teleoperadora le cuenta: – Estamos haciendo llamadas a nuestros asegurados para saber si entienden bien los extremos de nuestra póliza de decesos, de la que usted es tenedor, y además saber si comprende todos los extremos que le ofrecen nuestros servicios contratados… ¡Ahhhhh!, que locura, el anciano moribundo y sentenciado, de 70 años, ve como le llaman para aclararle, y adelantarle, la que le está por llegar, hasta el detalle de los candelabros, y el traslado, que por culpa del virus es a escondidas y sin alarmar, por lo que lo de los complementos sobra.
Conservando una cierta mirada fija en el horizonte amplio de 70 años, sabiendo que esta pandemia va a por ellos, los crónicos y los pensionistas, que, por cierto, se mueren en las residencias de 2.000 euros al mes. Residencias a las que hoy exigen y gritan por qué no han sido centros médicos o sanitarios para mayores. No, siempre han sido aparcaderos para morirse, cementerios del siglo XX y esperemos que se acaben en el XXI. ¿Eutanasia? No, virus. El señor de edad, de 70 años, acababa su relato diciéndome que se fue a lavar la boca con lejía. Se tuvo que contener para echar sapos y culebras, y necesitó clorhídrico para enjuagar su furia e incomprensión.
Asistimos a un nuevo comportamiento de las empresas, que tratan de prever el trabajo que les va a llegar para acomodar oferta y demanda. Creí que el OCASO era una compañía de seguros, no de entierros, pero será que no han logrado superar esa etapa de enterradores con sonrisa perdida en el horizonte de un viejo de 70 años. Que se nos fue, eso sí, ¡Con lejía!
pedro aparicio pérez
Portador del gen recesivo de Chirli
Editor de prnoticias.com
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