Los pronósticos se cumplieron y Nia se alzó como ganadora de OT 2020. La concursante se impuso a Flavio y a Eva en una gala final excesivamente larga que sirvió para despedir a Roberto Leal, que abandona el formato y la cadena para centrarse en sus nuevos proyectos en Antena 3. Con ese último Díselo a la vida grupal, La 1 clausuró la temporada más larga y difícil del talent, que pide a gritos un descanso prolongado para volver con más fuerza.
Si OT 2018 estuvo marcado por una serie de catastróficas desdichas, OT 2020 ha superado a su predecesora con una nueva ristra de polémicas coronadas por una pandemia. Pese a que muchas voces pedían que TVE diese un respiro al formato tras el desgaste que experimentó el programa al estrenar dos temporadas con muy pocos meses entre medias, la Corporación y Gestmusic optaron por lanzar una nueva edición tan solo un año después de la victoria de Famous.
Conscientes de que el espacio necesitaba una vuelta de tuerca, sus responsables decidieron renovar el plantel de jueces, apostaron por cambiar el día de emisión e introdujeron novedades en la mecánica con el fin de hacer más atractiva esta nueva temporada. Finalmente, OT 2020 desembarcó en La 1 el domingo 12 de enero con El tiempo del descuento como principal rival. En su gala 0, el talent cosechó un 13% de cuota de pantalla y 1.824.000 espectadores, un dato bastante tibio que anticipó cómo iba a desarrollarse la edición en cuanto a los índices de audiencia.
Natalia Jiménez y Estrella Morente, villanas de la edición
Las siguientes entregas del formato continuaron por la misma senda, estableciéndose por encima del 12% de share. Los problemas comenzaron surgir en la gala 4, cuando OT 2020 empezó a quedarse al filo de caer por debajo del doble dígito. El poco carisma mostrado por los concursantes durante el primer mes de competición, las constantes polémicas protagonizadas por los miembros del jurado (mención especial para Natalia Jiménez) y el escaso efecto que tuvo la introducción de la nueva mecánica llevaron al programa a firmar mínimos históricos.
Uno de los puntos de inflexión de esta temporada llegó en la gala 6. Nia, que había sido elegida como favorita del público una semana antes, iba a tener el privilegio de cantar Volver junto a Estrella Morente. El problema es que la cantante tenía su propio plan: aprovechar el inicio de la canción para introducir unos versos a favor de la tauromaquia. Si OT 2018 tuvo la polémica de la ‘mariconez’, OT 2020 tuvo que lidiar con aquello de ‘ni el torero mata al toro ni el toro mata al torero’.
Por si esto fuera poco, el espacio se alejó por primera vez de la barrera del 1,5 millones de espectadores, lo que encendió todas las alarmas en TVE. El vértigo comenzó a acrecentarse una semana después, cuando el talent se conformó con un 11,1% de cuota y 1.373.000 televidentes, un dato impropio del ‘programa estrella’ de la cadena pública. La situación no mejoró con la gala 8, dedicada a las mujeres, que se apuntó un 10,9% de cuota y 1.479.000 seguidores.
El coronavirus, obstáculo inesperado
Sin embargo, lo peor estaba por llegar: durante los días previos a la gala 9, el coronavirus empezó a expandirse por España, lo que obligó al Gobierno de Pedro Sánchez a imponer el estado de alarma. Aunque al principio se barajó la posibilidad de llevar a cabo el programa sin público, la dirección de OT optó por llevar a cabo una entrega especial desde la Academia. Un día después, Noemí Galera confirmó a los concursantes que el programa cerraba sus puertas temporalmente.
Durante la siguientes semanas, Roberto Leal fichó por Antena 3 para hacerse cargo de Pasapalabra, lo que terminó de hundir las esperanzas de los seguidores de OT. Pero la magia de la televisión todo lo puede y TVE consiguió relanzar la edición, otorgándole a los concursantes el digno final que merecían. Con las medidas de seguridad pertinentes, la Academia reabrió sus puertas el 13 de mayo, mientras que la gala 10 llegó siete días más tarde.
La recta final de la edición impulsó ligeramente las audiencias del programa, que conquistó su primer y único liderato de la mano de la gala 11 (13% de cuota y 1.631.000 adeptos). La semifinal, por su parte, no fue capaz de mantener el ritmo y bajó hasta el 12,6% de share y 1.571.000 fieles, mientras que la gran final se apuntó un 16,1% de cuota de pantalla y 1.812.000 seguidores, convirtiéndose en el desenlace menos visto de la historia del formato.
OT necesita un más que merecido descanso
A lo largo de sus 14 entregas, OT 2020 ha promediado un 12,2% de share y 1.645.000 espectadores, lo que supone una caída de 4,2 puntos y 310.000 televidentes en comparación a los datos firmados por la anterior edición. La parte positiva es que su tirón entre el público joven sigue intacto (29,6% de cuota entre los espectadores de 13 a 24 años), lo cual es muy importante para TVE debido a lo complicado que le resulta atraer a ese target
“Nos gustaría tener más audiencia pero no nos preocupa porque estamos llevando a la cadena un público juvenil al que teníamos que sentar delante de la pantalla de nuevo”, apuntó Fernando López Puig, responsable de Contenidos y Canales de RTVE, mediada la edición. Y esa es principalmente la razón por la que La 1 dio tan poco margen de descanso a OT: es el único programa que consigue acercarle a los jóvenes. El problema llega cuando, en lugar de buscar otros formatos complementarios que también atraigan a ese tipo de audiencia, todos lo esfuerzos se centran en exprimir a la ‘gallina de los huevos de oro’ hasta la extenuación. En vista de los datos obtenidos por esta edición, la Corporación debe reflexionar y, ahora sí, dejar respirar al talent para que pueda regresar dentro de varios años reflejando el talento de una nueva generación.
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