Trabajo en equipo, seguimiento no presencial y adaptación, esenciales en la continuidad de la atención oncológica y hematológica eficaz en el Hospital Universitario Infanta Elena

Publicidad

Los servicios de Hematología y Oncología del Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, se han adaptado con rapidez y eficacia, trabajando en equipo y cambiando completamente su funcionamiento en numerosos aspectos, a la situación excepcional generada en los últimos meses por la pandemia del coronavirus. Como resultado, la actividad asistencial de ambos departamentos en los meses de marzo y abril se ha mantenido comparable a la del mismo periodo del año pasado y sus pacientes han podido continuar sus tratamientos, adaptados a nuevas pautas de seguimiento.

“Gracias a las medidas de prevención aplicadas, a las herramientas de soporte tecnológico y al trabajo unido de todos los profesionales de la salud, hemos podido garantizar un manejo adecuado para nuestros pacientes sin presentar un riesgo aumentado de infección por el coronavirus”, afirma la Dra. Adriana Pascual, jefa del Servicio de Hematología del hospital de Valdemoro.

Y es que, pese al lógico temor y responsabilidad de tratar casos excepcionalmente vulnerables, dada la naturaleza intrínsecamente grave de las patologías atendidas por este departamento, sus profesionales decidieron mantener el tratamiento y soporte de todos los casos, hasta el punto de poder confirmar, como lo hace la hematóloga, que “en ningún caso se ha retrasado o suspendido un tratamiento en el servicio”.

Concretamente, entre los meses de marzo y abril se administraron 96 tratamientos en el Hospital de Día hematológico (76 más que en las mismas fechas en 2019) y se realizaron 17 actos transfusionales (13 más que un año antes). Por su parte, en la Farmacia Hospitalaria del centro se dispensaron tratamientos a 65 pacientes en este periodo (prácticamente lo mismo que en los meses correspondientes de 2019), mientras que el número de revisiones de anticoagulación, tanto de forma presencial como telemática, se situó en cambio en 804, un centenar menos que hace un año. También las donaciones de sangre registraron un descenso como consecuencia de las medidas y protocolos a aplicar durante el confinamiento, contabilizándose 261 dosis, punto de inflexión de una tendencia que está revirtiéndose desde el inicio de la desescalada.

Por su parte, desde el Servicio de Oncología del Hospital Universitario Infanta Elena se ha priorizado igualmente el mantenimiento a sus pacientes de una atención sanitaria especialmente prioritaria. Así, el departamento liderado por el Dr. Carlos Garzón ha dispensado “un total de 139 tratamientos oncológicos intravenosos en el Hospital de Día de Oncología, y ha administrado fármacos orales a 51 pacientes”, confirma.

Nuevas y eficaces formas de trabajo y atención asistencial

Garantizar esta continuidad y eficacia en la asistencia ofrecida en los dos departamentos ha pasado por una transformación completa del día a día de ambos servicios, a fin de ajustarse a los requerimientos, protocolos y medidas de seguridad que demandaba la pandemia, sin descuidar la atención especial que requieren los pacientes hematológicos y oncológicos.

Entre las medidas de adaptación llevadas a cabo destaca la transformación progresiva de cada vez más revisiones programadas a consultas no presenciales, en gran parte gracias al Portal del Paciente, aplicación de desarrollo propio que constituye la principal herramienta de comunicación del usuario con el hospital y sus profesionales, implicándole en la autogestión de su salud y facilitando el seguimiento de la misma con una menor necesidad de desplazamientos al centro.

Adicionalmente, en los casos de pacientes no candidatos a utilizar esta herramienta, bien por edad o por cualquier otro motivo, las consultas no presenciales se realizaron por teléfono para evitar que esta minoría tuviera que acudir a la consulta si no era estrictamente necesario y, por supuesto, en aquellos casos en los que sí era clara y evidente la prioridad de hacerlo, ambos servicios ofrecieron todo momento dicha atención presencial.

Esta estrategia se completó con la dispensación a domicilio para pacientes de Valdemoro y la posibilidad de realizar el ajuste de anti-coagulación con acenocumarol de forma telemática mediante la determinación de INR domiciliario, un sistema que se ha consolidado como “de vital importancia para evitar que muchos de los pacientes con dicho tratamiento tuvieran que acudir al hospital”, apunta la Dra. Pascual.

Y todo ello apoyado siempre por el asesoramiento y pautas del Comité de Bioética Clínica del Hospital Universitario Infanta Elena, cuyas consideraciones acerca del manejo de pacientes que pudieran precisar asistencia en unidades de cuidados intensivos recomendaron siempre el seguimiento de criterios responsables, prudentes y claros.

Satisfacción y confianza de los pacientes

“El objetivo principal de toda actividad sanitaria es el beneficio del paciente y el respeto y respuesta a sus derechos y necesidades”, indicaban desde este comité. Y los usuarios de los servicios de Oncología y Hematología del hospital dan fe de ello, como demuestran la satisfacción y confianza con la que hablan Sergio y Francisco Javier, pacientes de ambos departamentos, respectivamente.

Así, mientras el primero fue diagnosticado y tratado en el Hospital de Día y Hospitalización durante la pandemia, el segundo reiniciaba en febrero sus seis últimos ciclos de quimioterapia para erradicar un tumor localizado el pasado mes de septiembre entre el colon y el recto. Ambos destacan el “exquisito” trato recibido, tanto por parte del personal médico como el de Enfermería, así como las rigurosas medidas de seguridad e higiene aplicadas en el hospital durante sus necesarias visitas al mismo, que contribuyeron a que el lógico temor y preocupación inicial por tener que recibir tratamiento presencial en el centro dieran poco a poco paso a la tranquilidad en estos desplazamientos.

“Solo he salido de casa para ir al hospital, pero en todas mis visitas al servicio he visto mucha seguridad y precaución, y en todo momento he podido contactar de forma directa con mi médico por teléfono para solucionar cualquier duda o plantear mis preocupaciones, lo que me ha tranquilizado mucho”, recuerda Francisco Javier que, tras finalizar la pauta quimioterápica, ya tiene agendas las citas de las siguientes pruebas de imagen que seguirán su evolución. “Ha sido duro, pero aquí estamos. Decidí confiar en mi doctor y en el hospital; y ahora sé que he hecho bien”, apostilla.

Seguiremos Informando…

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil