De momento, el presidente de la Cope ha logrado, además de la reorganización de la empresa, cambios directivos que le permitirán seguir manteniendo la línea marcada por él. Tras un año de dificultades económicas a causa de la pandemia, el programa de Carlos Herrera sigue tirando del carro financiero de los Obispos, y Trece mantiene la insuficiencia de ingresos publicitarios, lo que conlleva a una situación complicada de mantener en estos tiempos.
En este contexto, el también vicesecretario para asuntos económicos de la Conferencia Episcopal, ha impulsado un cambio en la dirección del proyecto, sustituyendo al hasta ahora consejero delegado, Julián Velasco, por Ignacio Armenteros, con el propósito de empujar un nuevo liderazgo en la cúpula empresarial que configure un nuevo modelo empresarial, con el que facilitar mayores ingresos a las distintas unidades de negocio, especialmente, a la fracasada televisión de los Obispos. A pesar de que tanto ésta, como la Cope, seguirán manteniendo sus propios órganos de gobierno y administración, Barriocanal estará por encima de todos ellos, fijando la estrategia y los contenidos, que seguirán en la misma línea editorial, según aseguran fuentes del Grupo.
No será hasta principios de año cuando se harán efectivos estos cambios en la dirección y la integración de las diócesis, lo que le permitirá experimentar con nuevos formatos y nuevos rostros. La noticia ha generado nerviosismo entre los periodistas y trabajadores de la radio y la televisión de la Iglesia, ya que, aunque las audiencias han subido con la crisis del coronavirus, los ingresos publicitarios son un lastre para la inmensa mayoría de los programas que no sean Herrera en Cope. En la televisión, el programa de Antonio Jiménez no logra ser rentable, aunque sea un referente para la derecha.
Se avecina el tiempo de Adviento.
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