Madrid, 20 de noviembre de 2020. En la primera oleada de la COVID-19, en nuestro país se adoptaron tarde medidas que, pese a ser muy drásticas, no evitaron una alta mortalidad y, por tanto, la peor consecuencia de la pandemia. Después del confinamiento, la relajación de muchas de las exigencias planteadas tras lograr una incidencia muy baja en la primera mitad del verano, acabó provocando un rebrote y una segunda oleada de este virus, tal y como advertían expertos como César Nombela, Catedrático de Microbiología, asesor científico y Director del Área de Biomedicina de IMF Institución Académica.
Según Nombela, la no imposición de controles a quienes procedían de otros países con riesgo de infección alto ha podido contribuir a que la propagación del virus se haya expandido por toda España sin poder poner freno a los focos. “Las medidas se paralizaron de forma prematura. Tampoco parece que las obligaciones más aconsejables, como la utilización de mascarilla y el mantener distancia de seguridad en los lugares en que es necesario, se hayan aplicado con suficiente rigor.
Ni con un conocimiento claro por parte de todos los ciudadanos”, advierte.
La Navidad está próxima y el deseo de toda la población de reunirse con sus seres queridos es una de las inquietudes en estas fechas, a pesar de que algunas
administraciones ya han anticipado que serán unas fiestas muy diferentes a los años anteriores. Las restricciones, según Nombela, uno de los principales expertos en Microbiología de nuestro país, dependerán de la evolución de la pandemia, que será el condicionante que irá perfilando los detalles.
De cara a evitar que la incidencia siga aumentando y lograr que la curva de la COVID19 descienda, el especialista ha explicado cinco deberes para salir de la segunda oleada lo antes posible, mientras llega la tan esperada vacuna: La mascarilla como barrera básica ante el contagio. “Es fundamental utilizar la mascarilla en cualquier circunstancia de riesgo de transmisión respiratoria, aunque éste sea bajo. No hay duda que las mascarillas juegan un papel importante para evitar el contagio. Hay que recordar que las mascarillas tienen una duración determinada y que es preciso renovarlas con frecuencia, en el caso de las desechables, o lavarlas si son de tela”.
La distancia de seguridad como norma de convivencia interpersonal
“Según aconseja la Organización Mundial de la Salud, con el fin de reducir la infección cuando se tose, estornuda o habla, la distancia recomendada debe ser al menos de 1 metro. En el caso de los espacios cerrados, deberá aumentarse esa distancia hasta incluso el doble, los 2 metros. De hecho, en la actualidad todos los espacios cuentan con un aforo máximo de personas para garantizar que se respetan esas medidas”.
Higiene de manos con agua, jabón y gel antiséptico
“Desde los primeros meses de la pandemia, si algo han tenido claro todos los expertos, incluso antes del uso de mascarillas, es la necesidad de mantener una higiene de manos con jabón y gel antiséptico, al menos con un 60% de alcohol. Esta sencilla rutina ayuda a prevenir la transmisión de infecciones respiratorias y diarreicas de una persona a otra, sobre todo antes de tocarse ojos, nariz o boca, porque así es como penetran los microbios al cuerpo. Hoy en día, todos los establecimientos han incluido este líquido a la entrada como uso obligatorio para evitar contagios entre clientes y empleados”.
Reducir y planificar al máximo las relaciones sociales
“Las aglomeraciones y los espacios donde exista excesivo contacto con otras personas son favorables para la transmisión de la COVID-19. Ante la reciente alta tasa de contagios, el gobierno ha implantado un toque de queda que luego las Comunidades Autónomas hacen efectivo en tiempo y lugar, mientras las reuniones entre no convivientes se reducen, como máximo, hasta los grupos de seis personas. Es la mejor forma de reducir los contagios y con ello detener la presión hospitalaria que sufren las UCIs de muchos hospitales. A pesar de que, a diferencia de la primera ola, no hay un confinamiento domiciliario obligatorio, las autoridades hacen un llamamiento para que se reduzcan lo máximo posible los desplazamientos y la actividad social, e, incluso, llaman a evitar salir de casa si no es estrictamente necesario”.
Ventilación frecuente en espacios cerrados para limpiar el aire
“El coronavirus se transmite de persona a persona por las secreciones respiratorias que se liberan. La respiración y mucho más la conversación o el canto provocan esa liberación de secreciones respiratorias, que van desde gotículas hasta aerosoles de tamaño mucho más pequeño. La ventilación frecuente resulta fundamental para renovar el aire ambiental evitando un contagio masivo en espacios interiores”.
La vacuna, una esperanza para toda la población… pero con cautela. Los anuncios recientes de vacunas eficaces son la primera indicación de que los ensayos de vacunas en Fase III pueden conducir, en unos meses, a la disponibilidad de una vacuna que sea segura para crear inmunidad frente a la COVID-19. “Hay al menos
otras nueve vacunas en Fase III, así como otras muchas de camino, por lo que es de suponer que se produzcan anuncios parecidos con frecuencia en las próximas
semanas”, añade Nombela.
Sin embargo, el experto reclama prudencia antes de confirmar la existencia de una vacuna fiable 100%: “Necesitamos la máxima transparencia en comunicar los resultados y recibir las noticias con cautela, hasta que las autoridades regulatorias de medicamentos aprueben las vacunas que procedan”. Asimismo, además de la deseada vacuna, es igualmente necesario el esfuerzo en marcha “para encontrar nuevos fármacos que también combatan a este virus”, concluye.