María Jesús Herrera directora de la oficina en España, de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), dependiente de la ONU, es otra de las causas que genera desconfianza en cierto entorno del Gobierno, hacia el ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Luis Panas. Una desconfianza trasladada a los ámbitos vinculados a Podemos y al apoyo a la causa saharaui, por considerar a Planas como un ‘promarroquí’, tal y como relató prnoticias.com, semanas atrás.
Pero Planas también se enfrenta a otro problema: la actuación de Herrera, su esposa, en la crisis migratoria de Canarias. El papel de Herrera ha sido juzgado como “plano” o “bajo”, a pesar del cargo que ocupa. Hace tres semanas, Herrera visitó el archipiélago junto con la representante de ACNUR y mantuvo diversos encuentros, que se saldaron con un comunicado lleno de intenciones y buenas palabras. Desde entonces, escasas noticias sobre la actuación de la OIM en esa inquietante cuestión.
Sin embargo, los trabajos de la OIM en España sí son seguidos por el colectivo diplomático, que tiene en su punto de mira la gestión de Herrera. Una confrontación que comenzó en 2011, cuando Herrera fue nombrada por un ‘dedazo’ para hacerse cargo de dicho puesto, que, aunque vinculado a la ONU, es financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
Casi una década después, la designación sin concurso-oposición de Herrera, sigue dando qué hablar. Su designación tuvo lugar en el tramo final del zapaterismo. Pero, ¿cómo se mantuvo durante todo el marianismo? Fuentes socialistas y diplomáticas insisten en que las relaciones de Planas con sectores del PP, con los que había coincidido en Bruselas, fueron decisivos para apoyar su posterior continuidad en el puesto. Los mismos sectores que habrían influido tambié,n en otros nombramientos vinculados a la familia de Planas.
El ‘dedazo’ generó un fuerte malestar entre los diplomáticos. La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), mayoritaria en la carrera, envió una queja al subsecretario de Exteriores, Antonio López, por haber impedido la posibilidad de concurrir a dicho cargo por concurso, denunciando falta de transparencia en el proceso, tal y como señaló ‘El Confidencial Digital’.
Desde entonces, Herrera ha mantenido un perfil bajo, muy centrado en el ámbito institucional y en las relaciones públicas, y del que, aseguran, no le ha quedado más remedio que salir con la crisis de Arguineguin.
Precisamente en las últimas semanas se han movido en el entorno diplomático, a golpe de Whataspp, declaraciones de Herrera en las que aseguraba al diario ‘Público’ en 2018 que: “no hay datos para que España y Europa se sientan sobrepasadas por las migraciones” o que “cuando se habla de invasión, de llegadas masivas y de avalanchas, se está generando una alarma social que no es real”.
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