LA COVID-19 HA INFLUIDO DE FORMA SIGNIFICATIVA EN LOS HÁBITOS DE COMIDA

Dieta equilibrada y ejercicio, las claves para que los pacientes oncológicos tengan las mejores Navidades

ACUDIR A UNA UNIDAD DE NUTRICIÓN ESPECIALIZADA EN TRATAMIENTO DE PACIENTES ONCOLÓGICOS ES LA OPCIÓN RECOMENDADA

La recomendación general es adoptar una dieta equilibrada, con aporte de todos los nutrientes y biocomponentes. Principalmente introduciendo verduras y frutas con aporte de proteínas vegetales y animales, preferiblemente legumbres y pescado, unido a la realización de unos 30 minutos de ejercicio físico tres días a la semana.

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Durante las Navidades resulta casi inevitable no caer en la tentación de un vistoso aperitivo o postre y consumir más calorías de las necesarias. Cuando finalizan estas fechas es común el sentimiento de pesadez o las digestiones difíciles. Para evitar estas situaciones debemos tener en cuenta una serie de aspectos para garantizar unas Navidades lo más saludables posibles, sobre todo en el caso de los pacientes con cáncer.

Uno de los principales problemas que puede sufrir un paciente oncológico es el de ver alterada su alimentación, tanto por pérdida de apetito como del sabor y el gusto por los alimentos. Pedro Robledo, de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Cancer Center Madrid, explica que “esto genera diferentes grados de desnutrición, siendo la forma más sencilla de soporte mantener variedad en la dieta y adecuación a sus necesidades energéticas”. En estos casos, lo más recomendable es acudir a un especialista en oncología que pueda derivar al paciente a un servicio o unidad de nutrición para su seguimiento y soporte.

Buena dieta y ejercicio físico óptimo en Navidades

En pacientes oncológicos, las recomendaciones durante estas Navidades no son muy diferentes de las de años anteriores, salvo por determinados aspectos que hay que tener en cuenta, como las restricciones actuales asociadas a la COVID-19. Las recomendaciones generales, según Robledo, serían mantener una dieta saludable con aporte de proteína vegetal (legumbres), proteína animal tipo pescado, carnes blancas y huevos e incluir las frutas y verduras, preferiblemente completas, en los menús de manera diaria.

También es necesario prestar especial atención a las cantidades por ración y exceso de aporte calórico en la noche, ya que esto no es recomendable. Además, es importante adaptar la ingesta de calorías a la actividad física que se pueda realizar, bien con ejercicios básicos isométricos en casa o caminar al menos 30 minutos, tres días por semana.

La COVID-19 ha influido en la alimentación

La pandemia también ha influido en la alimentación, tanto a nivel físico, por la afectación de sentidos como el gusto o el olfato, muy relacionados con la alimentación, como a nivel social, con cambios de costumbres en la compra de alimentos, las formas de cocinado o de compartir socialmente estas comidas.

 “Se ha podido constatar que aquellos pacientes que han sido positivos frente al COVID-19 con enfermedad grave presentaban una sintomatología con pérdida de sabor, olor y astenia. Además de implicaciones metabólicas que generaban una pérdida de peso que puede oscilar entre 5 a más de 15% del peso inicial”, añade Robledo.

Seguiremos informando…

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