Ni un espacio para comer, ni un microondas para calentar la comida. Si hay guerras que han comenzado por un partido de fútbol, la “revolución de los tuppers” que ha comenzado en ‘Infolibre’, lo ha sido por las dos cuestiones planteadas. Y es que la sección sindical de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en el digital que dirigen Jesús Maraña y Daniel Basteiro, harta de la situación, ha aireado las vergüenzas de los responsables del digital con el que suspira José Miguel Contreras, coproductor del ‘Las cosas claras’ de Jesús Cintora en TVE.
La sección sindical de CNT en ‘Infolibre’ denunció el miércoles que los trabajadores llevan tres meses sin “poder comer caliente” por prohibición expresa. Aunque en el arranque de 2021 la cuestión pueda parecer que evoca algo ‘dickensiano’ y un tanto surrealista, lo cierto es que la empresa editora del digital ha dotado a su nueva redacción de todos los medios. Salvo de un microondas y un comedor, según denuncian, lo que obliga a quienes llevan la comida desde casa a consumirla en frío.
Para ahondar en la herida, y con un cierto toque de recochineo por parte de la empresa, CNT apunta que ésta se limitó a proporcionar una lista de restaurantes de la zona (distrito Chamberí, uno de los más caros de la capital). Por supuesto, para los trabajadores presenciales ni se planteó la opción de tickets.
Aunque, sin duda, lo más preocupante teniendo en cuenta el carácter moralizador que exhibe el director editorial Jesús Maraña, en sus intervenciones televisivas, es el hecho de que la empresa no sólo se negase a negociar las peticiones realizadas, sino que ni siquiera aceptó reunirse con quienes las planteaban. La versión empresarial, según CNT, es que, al encontrarse en un coworking, no transmitiría la “imagen” adecuada. Y es que la comida calentada en microondas produce olores y ver a periodistas comiendo garbanzos de un tupper debe romper la imagen “romántica” del periodismo de los Maraña y Basteiro, los Berstein y Boobward de la izquierda periodística patria en un medio que cuenta (o ha contado) con prohombres de la izquierda más alistada como Luis García Montero, Benjamín Prado y otros compañeros del metal.
Aunque todo este episodio, repetimos, pueda parecer surrealista, es absolutamente real.
Para los jerarcas de ‘Infolibre’, los redactores sólo “rancho en frío”, como en la mili. Lata de sardinas y chusco, vamos. Y el que quiera comer caliente, que se busque el menú del día a una media de 12 euros (tirando por lo bajo) en la zona. Mientras tanto, otros pontifican sobre los derechos sociales, laborales, etc., eso sí, a una media de 100-150 euros por programa, sin contar coche de producción o taxi.
Este asunto no ha pasado desapercibido entre los antiguos trabajadores de ‘Público’, que recuerdan cómo Maraña fue el encargado de gestionar el tramo final del diario de Jaume Roures en papel. Una etapa de la que salió bautizado como “Derribos Maraña”.
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