El periódico digital de José Antonio Sánchez (Totoyo) se ha convertido en una de las obsesiones de Unidas Podemos y su entorno mediático. Ambas partes mantienen un enfrentamiento constante que se ha intensificado en las últimas semanas, con cruces de acusaciones y editoriales (un género apenas cultivado en dicho medio salvo casos excepcionales) que han implicado a los principales actores.
Así, Pablo Iglesias, desde su cuenta de Twitter y a pesar del carácter institucional que se le presume a un vicepresidente del Gobierno, ha señalado en días pasados la portada de ‘El Confidencial’. Nada nuevo, si se tiene en cuenta que otros dirigentes de la formación morada ya habían hecho algo similar, bien con acusaciones propias, bien reproduciendo artículos del medio amigo ‘La Última Hora’.
La lucha se está desarrollando de forma implacable. El director de ‘El Confidencial’, Nacho Cardero, ha contestado a la ofensiva y ha salido en defensa de uno de sus redactores más reconocido, José María Olmo, al que los de Podemos han colocado en su diana, vinculándolo al entorno del comisario Villarejo.
Lo cierto es que las últimas informaciones, especialmente las referentes a la ‘niñera’ de la pareja Iglesias-Montero, pagada con dinero público con cargo institucional, han escocido especialmente a la alta dirigencia del partido, que no deja de hacer el ridículo, y demostrar que nada es suficiente para superar a la Casta que tanto persiguieron.
En los últimos días, el entorno mediático de Podemos ha indicado también las vinculaciones de uno de los principales socios de la editora de ‘El Confidencial’ (Titania), Pedro Pérez, con personas vinculadas al ex comisario Villarejo.
Sin embargo, ese entorno, en conexión con la estrategia trazada por el principal asesor de Iglesias en la materia, Juanma del Olmo (actualmente imputado en el Caso Neurona), valora la posibilidad de bajar al barro con dos de las principales cabezas de ‘El Confidencial’: su presidente, José Antonio Sánchez (más conocido en el sector como ‘Totoyo’) y su director, Nacho Cardero.
La estrategia, según señalan fuentes del partido, pasa por investigar posibles vinculaciones de Sánchez con el entorno de Villarejo. Un runrún recurrente que lleva años circulando por los ámbitos periodísticos más cercanos a Podemos. En cuanto a Cardero, se intentaría señalar su responsabilidad, hilando a ‘El Confidencial’ con el Ibex 35 y, en concreto, a su director, incluso a través de relaciones familiares y personales.
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