Las vértebras lumbares están constituidas por un cuerpo vertebral, unas carillas articulares, dos apófisis transversas, dos pedículos, dos láminas y una apófisis espinosa. De la unión de unas vértebras con otras se crean articulaciones, espacios y forámenes.
La columna vertebral como conjunto aloja en su interior partes importantes del sistema nervioso (la médula espinal, la cola de caballo y la salida de las raíces nerviosas). Está sometida biomecánicamente a mucho estrés, movimientos de flexión, extensión, lateralización y rotación.
Según el neurocirujano Francisco Villarejo, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital La Luz, “estos movimientos y fuerzas pueden generar enfermedades degenerativas como espondilolistesis, estenosis de canal, alteraciones discales (hernias, protusiones…), e hipertrofia articular y ligamentaria.
El dolor lumbar es multifactorial, “influyendo factores genéticos, anatómicos, fisiológicos, biomecánicos, inflamatorios e inmunes, entre otros”, asegura el doctor Villarejo. Para este experto, es importante diferenciar los distintos tipos de dolor lumbar dependiendo de su origen anatómico y así poder establecer el tratamiento más adecuado.
El manejo médico de la lumbalgia suele seguir la escala de analgesia recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), asociada a medidas conservadoras y tratamiento no invasivo. “Las técnicas manuales de manipulación como masajes, aplicación de frío y/o calor en la zona dolorosa o estimulación eléctrica nerviosa transcutánea”, indica Francisco Villarejo.
Diversas técnicas intervencionistas como procedimientos percutáneos se utilizan frecuentemente para el tratamiento sintomático del dolor lumbar crónico. Tal y como indica el doctor Francisco Villarejo, “desde la infiltración o bloqueo facetario, es decir introducir de manera percutánea una aguja fina para inyectar un anestésico y un corticoide en la zona lateral a la articulación, hasta el uso de radiofrecuencia aplicada para la denervación facetaria, es decir, la rizólisis. Es uno de los procedimientos recomendados para la lumbalgia”, asevera Villarejo.
Baja tasa de complicaciones
Rizólisis o destrucción de la raíz, hace referencia a cualquier técnica que elimine una transmisión nerviosa mediante la lesión por radiofrecuencia controlada de un ramo nervioso. En opinión del neurocirujano la lesión por radiofrecuencia se basa en el principio básico de la creación de un espacio tridimensional (volumen) de calor, mediante impulsos electromagnéticos regulados, en amplitud, frecuencia e intensidad. “Dicho volumen de calor es utilizado para lesionar estructuras anatómicas sensibles a la temperatura alcanzada en el mismo, sin llegar a producir daño en otros tejidos que no sean el objetivo de la técnica”, explica.
La rizólisis facetaria lumbar es una intervención con muy baja tasa de complicaciones y es fundamental seleccionar a los pacientes adecuados. Para ello se tendrá en cuenta la exploración clínica y los hallazgos en las pruebas de imagen.
“Este procedimiento puede proporcionar en pacientes bien seleccionados una reducción del dolor lumbar de al menos el 50% durante más de 6 meses y en caso de buena respuesta clínica en la primera rizólisis, se puede repetir el procedimiento con excelentes resultados”, asevera el doctor.
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