Es la serie de la generación millennial. De todos aquellos a quienes se les prometió un futuro mejor que el que tuvieron sus padres, y cuyas expectativas, elevadas a la máxima potencia, ni siquiera han estado cerca de cumplirse. Cardo es la reivindicación del vacío existencial que acompaña a millones de jóvenes en su día a día. Javier Ambrossi y Javier Calvo pertenecen a esa generación, y Cardo lleva su sello. Con ambos como productores ejecutivos, la nueva serie de Atresplayer Premium pretende marcar un hito en la ficción española. Algo que ya logró una serie –esta sí– cuya dirección corrió a su cargo: Veneno.
¿Qué supone Cardo para vosotros después el éxito sin precedentes de Veneno?
Calvo: Son dos cosas diferentes. Veneno es una serie nuestra, creada por nosotros y dirigida por nosotros. Cardo es una producción nuestra. Viene de la necesidad y de algo que queremos hacer, que es no sólo hacer nuestras propias series de Suma Content, sino también dar voz a otros creadores y creadoras que tenemos en nuestro entorno.
Tenemos un entorno muy talentoso que por lo que sea no han tenido las oportunidades que hemos tenido nosotros. Desde Suma es lo que queremos hacer: apoyar otras voces. No lo comparo con Veneno porque son dos cosas distintas. Es una aventura nueva. Es hacer algo que no está escrito ni dirigido por nosotros, pero sí hemos acompañado a las creadoras en la creación. Supone una aventura nueva.
Ambrossi: Es aprendizaje. En la serie se entiende bien el canino que queremos seguir como productora.
¿Qué papel habéis jugado vosotros en la creación de la serie?
Calvo: Nosotros queremos que las series que se hacen en Suma Content tengan un sello, que de alguna manera formen parte de nuestro universo, de los valores que representamos y del tipo de ficción que queremos hacer. Dicho esto, dentro de los valores de Suma está respetar las voces autorales de los creadoras y creadores que trabajen en nuestra productora. Entonces conviven de una forma muy interesante estas dos exigencias: la necesidad de que sean voces libres, pero que tengan nuestro sello. Nuestro papel es hacer de puente de estos dos conceptos.
Ambrossi: Nosotros conocíamos a Ana desde siempre y sabíamos que ahí había mucho que contar. Cuando fuimos a verla a una obra de teatro que había escrito y protagonizaba fue muy evidente. Salió y le dijimos hay que hacer algo juntos y creemos que debería ser una serie basada en tus experiencias, creemos que tienes una voz, que tienes que protagonizarla tú. Y pensamos por dónde empezar.
Con Claudia (Costafreda) habíamos trabajado en Veneno como guionista y lo tuvimos claro. Creímos que podía ser un match perfecto. Entonces ahí pusimos el germen y luego les hemos acompañado mucho en todo…en la escritura de guiones, en el casting, que es gente como Jedet o Yolanda Ramos que ya ha trabajado con nosotros. Las hemos acompañado en cada parte del proyecto muy de cerca, pero siempre dejándolas hacer lo que ellas querían, que es la gracia de una serie.
¿Cómo surgió Cardo? ¿Cómo fue ese proceso de creación?
Calvo: Parte de las experiencias de ambas, tanto de las de Ana (Rujas) como las de Claudia (Costafreda). Nosotros lo que hemos hecho ha sido leer la escaleras, dar nuestra opinión, leer los guiones, llegando a consensos…a veces nuestra opinión era una, pero nos convencían de lo contrario y a veces era al revés, nosotros teníamos una opinión, a ellas les parecía muy buena y la aplicaban.
La serie es muy madrileña y muy de barrio, ¿creéis que personas de otras ciudades de España puede sentirse reflejadas en los escenarios que proyecta Cardo?
Calvo: Yo creo que Veneno ha demostrado que lo concreto es universal. Ha encantado en Estados Unidos. Una serie sobre una mujer que estaba en Esta noche cruzamos el Mississipi, que allí no saben lo que es. Creo que cuanto más real y más personalidad tiene algo, más engancha a los demás. Yo me muero por ver una serie de un pueblo de Cantabria si es de verdad ese pueblo, con la gente y las tradiciones de ese pueblo. La gente quiere ver otros lugares.
Ambrossi: El vacío existencial, que es el tema principal de la serie, hace que te vayas enganchando aquí y allá a todo eso que hace que te sientas un poco mejor un momento. Esos temas son accesorios, pero el centro es el vacío. El centro es esta generación que no tiene lo que se le prometió, que estudió porque iba a tener un trabajo y de repente no hay trabajo. La búsqueda del qué hago y quién soy lleva a la protagonista a un montón de problemas.
En Cardo se toca el tema de las adicciones muy de cerca. ¿Pensáis que la generación millennial necesita estar permanentemente enganchada a algo?
Calvo: Buscamos mucho la satisfacción inmediata. Como en los like de Instagram, o como que te suba la copa o la pastilla. O follar rápido y mal. Creo que buscamos mucho la satisfacción, la validación… Poner un tuit y que me retuité mucha gente.
Ambrossi: La serie no tiene nada de moralina, es un retrato. Cuando la gente vea la serie completa se dará cuenta del que tema es mucho más profundo, casi estructural o social. Es un problema de todos y todas.
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