MAYOR INCIDENCIA LOS PRIMEROS MESES DEL AÑO

Alergias de invierno: ¿Cómo diferenciar sus síntomas de los de ómicron?

LOS FACTORES COMO EL CALENTAMIENTO GLOBAL O LA CONTAMINACIÓN TIENEN UN PAPEL ESPECIALMENTE RELEVANTE

Aegon advierte cuáles son las diferencias entre los síntomas de este tipo de alergias y los síntomas experimentados por la nueva variante ómicron. Además de dar una serie de consejos para evitar reacciones alérgicas fuertes durante los meses más fríos del año.

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Los primeros meses del año también traen consigo las llamadas alergias de invierno. Y es que, aunque la alergia provocada por los pólenes está muy presente durante la primavera, este tipo de reacciones también se dan en los meses invernales.

En la aparición de este tipo de alergias influyen múltiples factores. Por un lado, el frío del invierno afecta a las vías respiratorias, haciéndolas más sensibles para experimentar los síntomas más habituales de este tipo de alergias, como son la congestión nasal, los estornudos o el lagrimeo.

Álvaro Cano, gerente médico de Aegon, explica que “en esta época del año pasamos más tiempo en espacios cerrados, con peor ventilación y más humedad ambiental. Por ello, algunos alérgenos como los ácaros, el moho o los antígenos de animales domésticos aumentan su concentración, traspasando el umbral alérgico y provocando que aparezcan los síntomas”.

Confundir los síntomas de ómicron con los de catarros o alergias

No obstante, la variante ómicron se  manifiesta con síntomas similares a los de una alergia o catarro. “En el caso de las alergias, la mucosidad nasal es más clara y líquida, además de apreciar picor en la nariz. Además, en el caso de las alergias no suele haber ni fiebre, malestar general, ni dolor de garganta o cefalea, como sí ocurre con ómicron. Por tanto, no parece existir una mayor propensión a contraer el COVID por parte de las personas alérgicas”, destaca el doctor.

¿Cómo evitar las reacciones alérgicas de invierno?

•             Ventilar diariamente las casas para así renovar el aire.

•             Evitar los lugares cerrados lo máximo posible.

•             Pasar habitualmente la aspiradora, especialmente donde se acumule el polvo.

•             Recurrir a deshumidificadores para así deshidratar el aire, reduciendo en lo posible la humedad dentro de casa.

•             Mantener el cuarto de baño lo más seco posible (duchas, toallas, mamparas, etc).

•             Revisar los filtros de aire acondicionado o calefacción.

•             Si hay plantas en el hogar, controlar la formación de hongos vigilando el estado de las hojas y de la tierra.

•             Evitar paseos por parques, jardines y zonas donde haya alta densidad de arizónicas. 

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