EL RIESGO DE LAS REDES SOCIALES

Las redes sociales fomentan el riesgo de sufrir TCA entre los más jóvenes

SEGÚN DATOS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MÉDICOS GENERALES Y DE FAMILIA (SEMG), LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA, CONOCIDOS COMO TCA, AFECTAN A ENTRE EL 4,1% Y EL 6,4% DE LAS JÓVENES DE 12 A 21 AÑOS, SIENDO LA PRIMERA CAUSA DE MORTALIDAD POR ENFERMEDAD MENTAL EN LA ADOLESCENCIA Y LA TERCERA ENFERMEDAD CRÓNICA EN ESTE GRUPO DE EDAD.

Durante el transcurso de los últimos años, las redes sociales han ido tomando cada vez más espacio en nuestra vida diaria. Han evolucionado de tal manera, que ahora es imposible negar el impacto que tienen en nuestras relaciones personales y sociales generando ciertos peligros entre los que se encuentra el incremento del riesgo a sufrir TCA.

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Plataformas como Facebook, Instagram o twitter, han aumentado la exposición a los ideales de delgadez. El uso que se hace de estas RRSS está basado en atraer al resto de usuarios para ganar interacciones y esto puede llevar a los jóvenes a centrarse más en la apariencia física, lo que causa, en muchas ocasiones, preocupaciones por el físico y una disminución de su autoestima. Entre estas tres redes las últimas publicaciones destacan como medio social más peligroso a Instagram, seguido de Facebook y Twiter.

Según una revisión de estudios realizada por profesionales del máster en eSalud de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y Ciencias de la Salud del Hub eSalud sin Bulos, puede existir una relación entre la mayor utilización de Instagram en chicas de menor edad y la aparición de síntomas asociados a Trastornos de Conducta Alimentaria.

El riesgo que supone Instagram

Instagram es una red de continua exposición a imágenes personales en la que de forma continua nos enfrentamos a la sobrexposición de una gran cantidad de estereotipos. Experiencias continuas que repercuten en la insatisfacción corporal a través de procesos de comparación social y vigilancia continua del cuerpo.

Este estudio demuestra como muchos adolescentes buscan publicaciones relacionadas con trastornos de la alimentación con el objetivo de mantener la motivación para seguir perdiendo peso o trucos para ocultar esos cambios en su dieta. Además, las chicas con cuenta de Instagram tienden a realizar más ejercicio, de forma más estricta y sistematizada, que aquellas que no la tienen. El hashtag #food es uno de los 25 más populares en esta conocida red social.

Además, el análisis realizado advierte sobre la existencia de grupos que promueven el denominado “impulso por la delgadez” como un estilo de vida y confirma que el uso de Instagram incrementa el riesgo de sufrir un TCA.. Quienes, como ellos, hacen apología de estos TCA utilizan Instagram por su capacidad para viralizar imágenes y escriben deliberadamente mal hashtags que han sido prohibidos como #proana (#proanorexia) o #promia (#probulimia) para evitar la suspensión de su cuenta.

Desiré Montes Alamilla, autora de esta revisión afirma que, “el infinito número de combinaciones posibles a la hora de crear hashtags hace muy difícil o incluso imposible vetarlas al mismo ritmo que se crean”. Por ello, es tan necesario e imprescindible “establecer medidas que luchen contra este tipo de movimientos”, añade la investigadora.

En esta línea, el integrante de Hub eSalud sin Bulos, iniciativa multidisciplinar basada en la tecnología para luchar contra los bulos de salud, Carlos Bocanegra, afirma que “el uso de algoritmos de inteligencia artificial puede detectar patrones de publicación en las redes sociales, identificando contenido que conlleve algún riesgo para el usuario y reduciendo el perjuicio asociado al uso de estas”.  

Pautas para identificar información fiable sobre los TCA

Los usuarios y profesionales del Hospital de Día de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona han elaborado un decálogo para identificar información fiable y segura acerca de los TCA en el entorno digital, en colaboración con #SaludsinBulos:

  1. Verifica quién es el autor y revisa la fecha de publicación.
  2. No te fíes de los titulares llamativos.
  3. Fíjate en el formato y diseño de la información. Observa las faltas de ortografía y el tipo de lenguaje.
  4. Investiga la fuente de la información (profesional acreditado, medios de comunicación serios, entidades de referencia u organismos oficiales).
  5. Acuérdate de que cuando hablamos de salud, la evidencia científica es la prueba de la eficacia y seguridad.
  6. No te creas todo lo que ves. Las fotos suelen estar retocadas con filtros o Photoshop.
  7. Comprueba cómo te hace sentir lo que lees. Las noticias falsas pueden condicionar tus emociones.
  8. Desconfía de las recetas milagro y de la información que te quiere vender algo.
  9. Ten en cuenta que las dietas y los medicamentos siempre son recetados por profesionales colegiados especializados.
  10. Asegúrate de que la información se ha publicado en otros medios, y contrástala con fuentes oficiales.

“Uno de los objetivos de #SaludsinBulos es concienciar a los jóvenes sobre fuentes fiables de información en salud” explica para finalizar, Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos.Las RRSS pueden ser una gran herramienta social y profesional si se educa a los más jóvenes para su buen uso.

+ de 21 AÑOS diciendo

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