ENTREVISTAS AMI

Xavier Colás, corresponsal del diario El Mundo en Moscú: “Con el conflicto, varios medios rusos ya han sido borrados del mapa. Sin contemplaciones”

La Asociación de Medios de Información ha entrevistado a una de las caras visibles del periodismo español en el conflicto en Ucrania para conocer cómo se ejerce el periodismo en el epicentro de las portadas internacionales de las últimas semanas.

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Xavier Colás se ha convertido, en las últimas semanas, en uno de los protagonistas de la información del conflicto entre Rusia y Ucrania. Corresponsal en Moscú del diario El Mundo, donde lleva colaborando desde 2002, este alcalaíno de cuna nos cuenta desde varios medios, como los telediarios de Cuatro y Telecinco, todo cuanto acontece en el conflicto más sobrecogedor y amenazante de los últimos años.

Amenazante y peligroso también para el mundo del periodismo. El pasado domingo, conocíamos la trágica noticia del asesinato de Brent Renaud, periodista y documentalista estadounidense de 50 años, abatido a tiros en una localidad del noroeste de Kiev en el ejercicio de su profesión, y otro reportero, Juan Arredondo, resultó herido.

Hablamos con Xavier sobre la experiencia de informar sobre una experiencia que, sin duda, cambiará su vida y su profesión.

_¿Cómo estás viviendo como corresponsal los últimos acontecimientos en el conflicto entre Rusia y Ucrania?

Es bastante duro. Ucrania y Rusia son de verdad dos países hermanos. Ahora están luchando y la destrucción en Ucrania va a ser inmensa. El daño para los rusos será enorme. Las libertades se verán afectadas en Rusia, sobre todo, con el silencio cómplice de demasiada gente.

_¿Cuáles son las principales dificultades que te encuentras a la hora de informar?

Ahora mismo en Rusia la ley es restrictiva respecto a informar sobre lo que ellos dicen que no es una guerra. Incluso esa palabra es peligrosa. En Ucrania es arriesgado también, la policía anda a la caza de traidores, saboteadores, infiltrados… el riesgo de detención es palpable. El fuego cruzado es sin duda lo más peligroso, como ya hemos visto muchas veces. El desabastecimiento no hace excepciones, y ya empieza a ser un problema.

_¿Qué clima se respira entre la prensa en ambos países, tú que vives un poco a caballo entre ambos en estas semanas?

Bastante miedo en Rusia. Varios medios ya han sido borrados del mapa. Sin contemplaciones. En Ucrania hay un sentimiento patriótico fuerte, con un componente nacionalista y otro de civismo y patriotismo. Espero que se imponga lo segundo, pero las guerras no suelen mejorar a la gente.

_¿Hasta qué punto es cierto el tema de la desinformación y la manipulación de la información? A España llegan informaciones contrapuestas, y no acabamos de entender qué es verdad y qué no, quién ha provocado, quién ha movido ficha… Y las cifras de muertos, ataques, heridos… un poco lo mismo. En España sentimos que se dan cifras que poco tienen que ver con la realidad.

La realidad de la guerra suele conocerse a los dos años, o eso dicen. Las víctimas civiles van a ser importantes y el avance ruso ha sido ralentizado en un primer momento. Ucrania no ha movido ficha. Es verdad que no ha cumplido los acuerdos de Minsk, pero su esperanza era no ser atacada y ha sido atacada. No hay equidistancias posibles.

_¿Es muy complicado trabajar en Rusia? ¿Sientes o has tenido problemas de espionaje por parte de las autoridades rusas o similar?

No suelo hablar de esos asuntos porque tanto si lo niego como si lo admito estoy animando a que redoblen sus esfuerzos.

_¿Qué diferencias encuentras entre la prensa de ambos países? ¿Cuál es más beligerante, la rusa o la ucrania? ¿Podemos hablar de propaganda, como en tiempos de la 2ª Guerra Mundial?

En Rusia, sin duda. Y la gente cree las mentiras de los medios. En Ucrania ha habido un montón de debates absurdos que ahora lo parecen menos. Pero siempre seré enemigo de cualquier ángulo nacionalista, sea del país que sea. Incluso el de un país que es una víctima.

_¿Qué clima hay entre los colegas españoles destinados allí? ¿Qué sensaciones hay?

Al principio incredulidad. Interés, compañerismo. Y cada vez más miedo y preocupación. Va a ser una prueba difícil para los que hacemos información. Y mucho me temo que para la gente que nos sigue va a ser un año o años complicados. Tal vez trágicos, espero que no.

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