Una de las consecuencias directas tras el estallido de la pandemia fue la rápida aceleración de la digitalización. Los consumidores y las empresas pasaron a depender más que nunca de la tecnología y el canal digital fue, en muchas ocasiones, la única vía de acceso para trabajar, comunicarse, entretenerse o realizar compras. Pese a que la digitalización se ha extendido en este periodo, también ha incrementado la preocupación de los consumidores ante las amenazas cibernéticas.
En este contexto, el 75% de los usuarios reconoce estar preocupado ante posibles robos de identidad digital, tal y como se desprende del estudio “ID Theft SOS: How to win customer preference and loyalty with ID protection”, elaborado por Tenerity, compañía especializada en programas de fidelización.
El estudio apunta que los consumidores están concienciados sobre los delitos cibernéticos: 7 de cada 10 consumidores están más preocupados por ser víctimas de robo de identidad que de otras formas de delito. En cuanto a los tipos de robos de identidad, la extracción de información personal (91%), cargos fraudulentos en la tarjeta de crédito o débito (85%), usurpación de la identidad y la cuenta en redes sociales (75%) o solicitudes de préstamos o créditos (73%), son los principales tipos de delitos que conocen los usuarios, según recoge el informe.
“Nadie está exento de sufrir un robo de identidad, estos delitos se dirigen a cualquier tipo de usuario independientemente de sus recursos económicos, por eso es necesario que las marcas tomen medidas para proteger a sus clientes” comenta Eduardo Esparza, VP General Manager de Tenerity España y Brasil.
Los consumidores son conscientes de los riesgos que implica ser víctima de un robo de identidad. Casi la mitad de los hogares estadounidenses ha sufrido algún delito de este estilo, y el 63% reconoce haber sido víctima de múltiples incidentes.
Pese a que existe una concienciación sobre los riesgos de las amenazas cibernéticas, en caso de que ocurriera una incidencia hasta el 85% de los usuarios sostiene que sería difícil de resolver y dos de cada tres personas afirma no estar suscrito a ningún tipo de servicio de protección de robo de identidad digital.
La protección de la identidad como valor añadido
“Hoy día resulta imperativo contar con servicios de protección de la identidad como parte de la oferta de una póliza o contrato, lo que además puede ser un elemento diferenciador para el consumidor a la hora de elegir una marca”, apunta Esparza.
En los servicios financieros y los seguros los usuarios consideran más necesaria esta protección, aunque también se valora positivamente que se incluyan en otros entornos como servicios de internet y dispositivos móviles, medios de comunicación o videojuegos y entretenimiento.
Actualmente, los consumidores son conscientes de los riesgos y amenazas que presenta el robo de identidad, pero la mayoría no están protegidos, por lo tanto, según Tenerity , existe una oportunidad real para que las empresas se distingan de sus competidores ayudando a los clientes a proteger su identidad y sus datos.
Por lo tanto, será una gran oportunidad de diferenciación el hecho de incluir el valor añadido del servicio de protección contra el robo de identidad. Esto mejorará la confianza en la marca y creará impacto en las tasas de fidelización lo que reportará una nueva fuente de beneficios.
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