GOLPE  ESPAÑOL A LA DIABETES

 

Científicos españoles demuestran que la diabetes tipo 2 se podría prevenir con años de antelación

CERCA DE CUATRO MILLOES DE ESPAÑOLES SUFRE DIABETES TIPO 2

 

Científicos españoles han demostrado que puede detectarse en la sangre el riesgo de desarrollar esta enfermedad en personas con estilos de vida poco saludables

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Según los datos aportados por di@betes.es cerca de cuatro millones de españoles sufre diabetes tipo 2. Y la cifra no para de aumentar. Cada año, 386.000 nuevas personas desarrollan esta enfermedad en España. Se trata de una dolencia crónica, que avanza de forma silenciosa y solo se detecta cuando los síntomas que suelen ser, mucha sed, necesidad de orinar con frecuencia, cansancio no justificado, son ya muy evidentes.

Cuando una persona llega a ese punto, la enfermedad puede llevar años desarrollándose y dañando lentamente los riñones, los ojos, incluso llegando a ocasionar ceguera, o la circulación en manos y pies, hasta el punto de la amputación. Hasta el momento, no tiene cura conocida, por lo que los esfuerzos terapéuticos se centran en la prevención precoz.

La resistencia a la insulina que caracteriza esta enfermedad solo surge por razones genéticas en uno de cada cinco casos. El 80% restante no lo lleva en sus genes, lo desarrolla por unos hábitos de vida poco saludables como el sedentarismo, el tabaquismo o una dieta inadecuada asociada a obesidad, sus principales factores de riesgo.

Estudio dedicado a la prevención de la enfermedad

El punto de partida que han empleado un grupo de científicos españoles en un estudio para abrir una prometedora vía para la prevención de esta enfermedad, ha sido el conocimiento de los malos hábitos que caracterizan a las personas que padecen diabetes tipo 2.

Y es que, si la existencia de esos malos hábitos aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad, tal vez haya indicios, por pequeños que sean, que lo avisen con antelación en el organismo. Para viajar dentro del cuerpo han recurrido a una ciencia aún poco conocida: la disciplina que estudia los metabolitos, unas pequeñas moléculas que intervienen o se producen en procesos como la respiración o la generación de energía

Encontrar estos marcadores en la muestra de sangre viene a interpretarse como un buen mecanismo de prevención que permitiría alertar al paciente e intervenir de forma positiva sobre esos cinco hábitos para evitar que la enfermedad llegue a ser una realidad.

Metodología empleada

En concreto, según ha afirmado Mercedes Sotos-Prieto, asociada al grupo de Epidemiología Cardiovascular y Nutricional del instituto Imdea Alimentación y epidemióloga en la Universidad Autónoma de Madrid y en el centro de investigación Ciberesp, los autores analizaron los metabolitos de la sangre asociados a cinco factores vinculados al estilo de vida: dieta, actividad física, tabaco, índice de masa corporal (IMC) y consumo de alcohol. Buscaron así los relacionados con la flora bacteriana del intestino y con el colesterol.

El método de trabajo es aparentemente simple. Lo primero era determinar la puntuación de vida saludable de cada uno de los participantes según una escala. Se puntuaron los cinco factores de análisis antes mencionados, siendo más alta la valoración de quienes practicaban deporte, no bebían alcohol, ni fumaban, llevaban una dieta variada y saludable y no sufrían obesidad. Lo siguiente era determinar la presencia de ciertos metabolitos asociados a estilos de vida poco saludable. Para ello se tomaba una muestra de sangre de modo similar a cualquier otra revisión rutinaria. La gran diferencia está en cómo se analizaba esa muestra.

Metabolitos y riesgo

Así, los investigadores fueron trazando líneas de relación. Descubrieron que puntuaciones bajas en la escala de vida saludable y la presencia de ciertos metabolitos indica un riesgo alto de desarrollar diabetes mellitus. Es decir, se podría recibir el diagnóstico médico con años de antelación, cuando aún es posible evitar la enfermedad cambiando aquello que la despierta.

A pesar de los buenos resultados, el estudio por el momento se mantiene en el marco teórico. “Estamos en una fase inicial. Los resultados de este estudio, efectuado con 1.016 personas de Valladolid a quienes realizamos un seguimiento durante 14 años, aún deben ser replicados en otras poblaciones”, advierte la doctora Sotos-Prieto.

Ahora bien, este sistema ha permitido acercarse un poco más el sueño de una medicina de precisión, un campo que estudia las peculiaridades de cada individuo para aplicar terapias a su medida. Pero, sobre todo, que actúa con la vista puesta en la prevención a futuro.

Aunque, esto de nada sirve si no existen unas ganas de cambio por parte de los pacientes. En definitiva, a pesar de conseguir detectar de forma temprana la enfermedad, para que exista una prevención real deben existir cambios que hay que implementar antes de que aparezcan los males. Esta etapa, sin embargo, ya excedía el objetivo de este estudio.

Seguiremos informando…

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