La Comisión de Salud Pública ha dado el visto bueno a la Actualización del Documento de Consenso sobre Prevención de la Fragilidad en la Persona Mayor, que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad. El documento no se actualizaba desde 2014. Y se estima que la fragilidad en mayores tiene una prevalencia del 18% en las personas de 65 años o más. A nivel comunitario alcanza el 12% y en atención sanitaria se eleva al 45%.
Ante tales datos, el Grupo de trabajo para la prevención de fragilidad y caídas de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS ha sido el responsable de actualizar el documento de consenso, que propone acciones concretas para mejorar el abordaje de la fragilidad.
En concreto, el documento busca prevenir y diagnosticar de forma precoz la fragilidad y propone la captación activa de personas de 70 años o más, tanto en el ámbito sanitario como en ámbito comunitario, para valorar su situación y descartar la presencia de dependencia moderada-grave establecida. Ya que consideran que estas personas se podrán beneficiar de otros programas específicos para atender la fragilidad. Así, el documento establece que las personas con alta sospecha de fragilidad sean reevaluadas cada 6 meses y las no frágiles, anualmente.
Rol de los profesionales sanitarios
La actualización es en sí un recurso a disposición de los profesionales sanitarios de atención primaria para guiarles mediante un sencillo algoritmo a la hora de captar a la población de 70 años o más que pueda beneficiarse del programa de detección precoz de fragilidad. Además, a estas personas se les hará posteriormente una valoración geriátrica integral y se planificarán intervenciones específicas. También se propone, una vez instaurado el programa en atención primaria, la detección precoz de la fragilidad en entornos residenciales y comunitarios. Posteriormente, se les derivará a atención primaria.
Y como añadido, se pretende realizar a todas las personas la promoción de estilos de vida saludables. Así como, la evaluación de la implantación de esta actualización que será cada dos años. El objetivo es que al menos el 80% de las CC.AA. hayan introducido el programa en 2025. La meta última de la actualización es que la longevidad vaya acompañada de buena salud.
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