Representantes de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) han mantenido una reunión con la directora de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), María Jesús Lamas, con el objetivo de trasladarle el posicionamiento que las tres sociedades científicas emitieron el pasado 26 de septiembre (Día Mundial de la Anticoncepción) para avanzar en la dispensación sin receta médica de los anticonceptivos orales de solo gestágenos.
En la reunión, los representantes de las sociedades científicas médicas y farmacéutica que han participado han explicado a la directora de la AEMPS el contenido del posicionamiento y los argumentos por los que solicitan que los anticonceptivos orales de solo gestágenos se dispensen sin necesidad de prescripción médica en las farmacias comunitarias.
Según afirman, el objetivo de este posicionamiento es apoyar el empoderamiento de la mujer para decidir sobre su salud sexual y reproductiva y facilitar así el acceso a los métodos anticonceptivos como elemento fundamental para mejorar la planificación familiar.
Los métodos anticonceptivos, ¿peligrosos para la salud?
Ante tal duda, las tres sociedades científicas defienden que la anticoncepción no es un problema de salud, por lo que no puede enfocarse como una enfermedad, y en la actualidad existen barreras que dificultan el acceso y que ponen en riesgo la capacidad de las mujeres para decidir sobre su salud sexual y reproductiva.
De hecho, según destacan, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la anticoncepción como un elemento esencial para la planificación familiar. Por estos motivos, SEFAC, SEMERGEN y SEMG apoyan la dispensación sin receta de algunos anticonceptivos orales, como los de solo gestágenos, ya que tienen un perfil de seguridad adecuado y no están vinculados con efectos secundarios graves.
Además, Para las sociedades científicas, la presencia del farmacéutico comunitario ofrece una garantía de seguridad adicional, ya que puede evaluar con las mujeres que vayan a usar el anticonceptivo su situación y orientar para ofrecer la solución más adecuada, tal y como sucede con la anticoncepción de urgencia, y coordinarse con el médico cuando corresponda.
En este sentido, la comunicación y derivación al médico cuando sea preciso, sería el paso necesario para aumentar el acceso a la anticoncepción y favorecer el éxito contraceptivo. Además, esta medida contribuiría a disminuir la sobrecarga asistencial de las consultas de atención primaria, pudiendo dirigir el esfuerzo médico hacia necesidades clínicas más relevantes.
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