Cada año se tiran a la basura toneladas de comida que no son utilizadas por los consumidores, y esto se conoce como desperdicio alimentario. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el desperdicio alimentario se define como aquella situación en la que los alimentos, pese a ser aptos para el consumo humano, no se comen o utilizan por los minoristas o consumidores, quienes terminan descartando esta comida por diferentes motivos.
Concretamente, existen tres circunstancias habituales por las que se tira comida en buen estado a la basura. En primer lugar, se tiran productos frescos porque su estética se aleja de lo que se considera óptimo en términos de forma, tamaño o color. Es el caso de frutas y verduras con magulladuras o formas extrañas, las cuales suelen ser descartadas tanto por los productores como por los consumidores.
También, se suelen descartar los alimentos cuya fecha de consumo preferente está próxima o superada, cuando en realidad estos siguen siendo comestibles. Y, por último, los establecimientos dedicados a la venta de comida suelen desechar alimentos comestibles que no han sido utilizados y sobran al final de la jornada de trabajo.
Una ley que regule el desperdicio de comida
Solamente en la Unión Europea (UE) se desperdician 87,6 millones de toneladas de alimentos cada año, lo que equivale aproximadamente a un desperdicio alimentario de 173 kilogramos por persona, según recoge la UE en un informe. La mayor parte del desperdicio se concentra en los hogares, seguidos de las compañías dedicadas a la elaboración de alimentos y la restauración.
Así, ante este problema del desperdicio alimentario, algunos países europeos están empezando a tomar conciencia y quieren poner en marcha algunas medidas y leyes que regulen esta situación. Es el caso de España, el Gobierno quiere aprobar la ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario.Y es que, en España se desperdiciaron el año pasado 1,2 millones de toneladas de alimentos, lo que significa que cada español tiró a la basura de media algo más de 28 kilos de comida. Unos datos sustraídos del último Informe del desperdicio alimentario del Ministerio de Agricultura.
Una situación preocupante en la que la nueva normativa, que todavía no tiene fecha de implementación, obligaría a todos los agentes de la cadena alimentaria a elaborar un plan de prevención para evitar el desperdicio de comida. También contemplaría, según se ha informado. sanciones económicas de hasta 60.000 euros para bares, restaurantes o supermercados que no cumplan con esta legislación.
Hasta el momento, el país europeo pionero en poner en marcha una normativa contra el desperdicio fue Francia, quien en 2016 aprobó la ley Garot, que prohíbe la destrucción o el deterioro de alimentos que todavía son consumibles. Entre otras normas, la ley francesa establece que los supermercados de más de 400 metros cuadrados deben donar sus excedentes en buen estado a bancos de alimentos autorizados u ONGs para su distribución.
El 20% de la comida que compramos en Navidad va a al basura
Además, en unas fechas tan señaladas como es la Navidad, el desperdicio de comida aumenta. En concreto, según un reciente estudio sobre el desperdicio alimentario en Navidad en España realizado por Too Good To Go, la app que lucha contra el desperdicio de alimentos, hasta un 20% de la comida que consumimos en Navidad acaba en la basura, mientras que uno de cada cinco españoles reconoce que durante las fiestas desperdicia más comida que en cualquier otra época del año.
La comida es una de las grandes protagonistas de las celebraciones de navidad. Pero hay que tener cuidado con los excesos porque durante estas fechas mucha termina en la basura. Una realidad que reflejan los datos: El 26% de los españoles desperdicia comida durante las navidades, de los cuales uno de cada tres (36%) asegura que tira más alimentos en las celebraciones navideñas que en cualquier otra época del año.
Finalmente, entre los motivos por los que se desperdicia más comida en estas fechas, el 54% afirma que compra comida de más para que haya variedad sobre la mesa y al final acaba sobrando. A su vez, un 38% asegura que no sabe calcular bien las cantidades a la hora de cocinar y prepara más comida de la necesaria, mientras que un 25% considera que no le merece la pena guardar lo que sobra. Y es más, un 15% afirma no saber qué hacer con las sobras navideñas.
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