ALIMENTACIÓN

El consumo excesivo de sal, ¿perjudicial para la salud?

LA COMUNIDAD CIENTÍFICA ALERTA DEL RIESGO CARDIOVASCULAR Y RENAL

Según un reciente estudio realizado en ratones el consumo excesivo de sal puede generar hipertensión arterial y niveles más altos de la hormona del estrés

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Un estudio reciente en ratones sugiere que una dieta alta en sal se asocia también con niveles más elevados de la hormona del estrés, que, en exceso, es perjudicial también para el organismo. La Organización Mundial de la Salud ha emprendido una batalla para reducir el consumo de sal y recomienda no más de cinco gramos por adulto al día. La mayoría de la población consume el doble.

Ahora bien, de entrada la sal no es nociva. La sal (cloruro de sodio) es esencial para la vida. Imprescindible en la dieta. El ser humano necesita sodio para realizar funciones vitales, como la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células. Pero bien, el problema surge cuando se toma más de la cuenta.

Según ha explicado Jordi Salas-Salvador, catedrático de Nutrición de la Universidad Rovira i Virgili e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y ha recogido EL PAÍS, “Consumimos más sal que la que ponemos con el salero: está ya en los alimentos y se usa como conservante o para realzar el sabor. Por ejemplo, el jamón que comemos en Navidad contiene cantidades de sal enormes; cuando tomamos el aperitivo, las aceitunas, las patatas fritas y esos snacks, también tienen mucha sal. Está escondida en los alimentos. Las galletas, por ejemplo, aparte de azúcar, tiene sal”.

Por este motivo, y para que no sea dañina, la OMS recomienda a los adultos no exceder los dos gramos al día de sodio (cinco gramos de sal), pero la mayoría de los ciudadanos ingieren una media de entre nueve y 12 gramos de sal diarios. “Se estima que cada año se podría evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a escala mundial se redujera al nivel recomendado”, apunta el organismo sanitario, que se ha conjurado para reducir un 30% la ingesta de esta sustancia en el mundo para 2025.

Y es que, en exceso, la sal perjudica la salud desde varios ámbitos: el más estudiado es su asociación con la hipertensión arterial y problemas cardiovasculares derivados de esta dolencia, como el infarto de miocardio, los accidentes cerebrovasculares o las demencias vasculares, enumera Salas-Salvador. Pero también provoca alteraciones renales y un estudio reciente, además, añade a esa lista otro potencial problema de salud: puede contribuir a aumentar los niveles de la hormona del estrés.

Este último estudio, realizado en ratones y publicado en la revista Cardiovascular Research, concluye que los animales expuestos a un mayor consumo de sal tenían niveles más altos de glucocorticoides (cortisol en humanos, corticosterona en ratones), que son hormonas con importantes funciones cardiovasculares, cognitivas y metabólicas y que se liberan como respuesta del organismo a situaciones estresantes o amenazas. Los científicos, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), constataron que ante la exposición a un consumo excesivo de sal, se activaba el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal —un sistema hormonal clave en la respuesta de los seres humanos al estrés— y que se amplificaba la respuesta a los estresores ambientales.

Por tanto, con todas las precauciones que requiere un estudio con animales, la asociación encontrada en esta investigación va en la línea de artículos anteriores que reflejaban una relación entre el consumo de sal y la excreción de cortisol en la orina. “Nunca podemos trasladar totalmente los estudios en ratones a humanos. Los niveles de sodio que estimulan el estrés seguramente serán diferentes, pero los autores han intentado simular el exceso de sal y, probablemente, los mecanismos sean muy parecidos, aunque hacen falta más estudios. En humanos sabemos que el exceso de sal produce más glucocorticoides y aumenta la excreción de estos”, apostilla el catedrático de la Rovira i Virgili.

En definitiva, el experto Pita pide cautela y apunta que “habrá que ver si es relevante o no” en términos clínicos para los humanos un eventual aumento del nivel de glucocorticoides asociados al consumo excesivo de sal. Además, matiza que en cualquier caso no se debe olvidar que hay personas que son especialmente sensibles a los efectos de la sal, individuos que muestran una respuesta hipertensiva exagerada al alto consumo de sal.

Seguiremos informando…

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