En un contexto en el que la sanidad trabaja por mejorar su conexión y el acceso global a la información, a herramientas y aplicaciones de la salud digital, los servicios de atención deben trabajar para reforzar el empoderamiento del paciente, desarrollando sus capacidades propias para participar de forma más activa en la toma de decisiones sobre su propia salud y aprovechar al máximo los recursos de promoción de la salud, los de prevención de la enfermedad y los relacionados con el cuidado.
En este contexto, el Índice FES 2022 Estudio para la mejora y eficiencia del sector de la salud, elaborado por la Fundación Economía y Salud, y presentado al público este mes de enero, muestra que el área 4. Promoción de la salud, prevención de la enfermedad y empoderamiento del paciente es el segundo ámbito más relevante en cuanto al grado de desarrollo y cumplimiento por parte de las comunidades autónomas que han participado en la elaboración del informe, con una puntuación media de 8,15.
Ahora bien, ¿cuál es el objetivo principal que persigue este informe? El documento tiene como fin mostrar el estado en el que se encuentra el Sistema Nacional de Salud (SNS) partiendo de la valoración objetiva de los datos proporcionados por las CC. AA. participantes. En concreto, este año el Índice FES ha contado con la participación de 11 CC. AA. que representan el 65% de la población española y que han respondido a una encuesta que consta de un total de 308 cuestiones a tratar.
Así, el informe explica que “las medidas incluidas en este bloque se cumplen de forma bastante satisfactoria por los servicios de salud de las CC. AA. participantes, aunque no en todas”. La medida que según han confirmado las CC.AA cuenta, por el momento, con mayor grado de complimiento, ha sido la relativa a la Escuela de Pacientes. Según confirman los resultados y explicó Ignacio del Arco Herrera, miembro del comité científico de la Fundación. “en todas las comunidades existe una escuela de salud y, además, tienen disponibles acuerdos institucionales de relación con las asociaciones de pacientes”.
Por el contrario, la medida con menor grado de cumplimiento es la relativa al Portal de educación y promoción de la salud. “A pesar de que prácticamente en la mayoría de las CC. AA. disponen de portales con una amplia variedad en el catálogo de actividades y recursos para la educación y la promoción de la salud, todavía queda mucho trabajo por hacer en la forma de hacerlos accesibles y facilitar su uso por la ciudadanía” asevera del Arco. A lo que añade, que “un plan de humanización es el giro necesario para que los servicios de salud realicen una atención verdaderamente centrada en en las personas. Este punto todavía está sin promover en la práctica clínica diaria”.
“La alfabetización para la salud es el punto de encuentro entre las demandas, la complejidad del sistema y las necesidades de los pacientes. Depende de cómo el sistema proporciona la información sanitaria a los pacientes en cada momento para que ellos puedan ser los protagonistas de su propia toma de decisiones”. Asimismo, “debemos seguir trabajando para personalizar la información y aumentar el empoderamiento de paciente», concluye.
Acceso a la historia clínica sociosanitaria
Ahora bien, por su parte, Sergio García Vicente, también miembro del comité científico, desgranó las medidas relacionadas con la Gestión de la Información y nuevas tecnologías. La ponderación asignada a esta área es de un total de 7,60 sobre 10. Así, Ciberseguridad es la medida que ha tenido la menor variabilidad y mayor nivel de implantación, siendo el cumplimiento medio de 97,5%.
Sin embargo, en relación al paciente, tratado en el anterior apartado y la tecnología, según confirma el informe y reitera el experto, queda todavía patente la necesidad de trabajar más en la medida Acceso a la historia clínica sociosanitaria. “la historia social no está integrada en la clínica. Avanzar en esta línea y de la interconexión de ambas historias es fundamental para tener mejor información, mejor investigación y tener una atención más integral”, señala el informe.
Así, ante tal situación, García ha destacado tres pilares básicos de mejora: interoperabilidad, accesibilidad y flexibilidad, a lo que hay que añadir la captura de información clínica de manera automatizada y sus análisis para su posterior gestión. “Debemos hacer fluir a los profesionales y a la ciudadanía dentro del sistema sanitario”, apunta.
Atención y coordinación social y sanitaria: un área en la que aun queda mucho por hacer
Por último, cabe destacar que en cuanto al área de Atención y coordinación social y sanitaria, la puntuación ha dejado mucho que desear. Según muestra el informe esta rama de gran importancia para un sistema sanitario sano y robusto ha alcanzado una media nacional de 6,58 sobre 10. Es decir, “es la segunda nota más baja de las once áreas que tiene este Índice FES 2022”, destacó José Ignacio Nieto García, miembro del comité científico de la Fundación.
Así, de los datos declarados y de los últimos acontecimientos en CC.AA como la madrileña se puede extraer la conclusión de que las medidas incluidas en esta área preocupan cada vez más a los servicios de salud y a los servicios sociales de las CC. AA. Al mismo tiempo, se aprecia la necesidad de una mayor coordinación y comunicación entre esos servicios de sanidad y los servicios sociales. “La mejora de la atención sociosanitaria es muy importante porque es una garantía para la sostenibilidad del sistema sanitario y los servicios sociales. Es una forma de cubrir las necesidades de cada individuo en cada momento, contribuyendo a garantizar la seguridad y continuidad asistencial”, finaliza Nieto.
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