Televisión Española estrena esta noche Los pacientes del doctor García, una ficción de diez episodios que adapta la novela homónima de Almudena Grandes. A partir de las 22:50h, los espectadores podrán disfrutar de una serie que recorre cuarenta años, durante los que se desarrollan buena parte de los cambios políticos y sociales que marcarán nuestra historia reciente.
Javier Rey da vida al doctor Guillermo García, protagonista de la ficción junto a Manuel Arroyo (Tamar Novas) y Amparo Priego (Verónica Echegui). “Los pacientes del doctor García refleja una historia de nuestro país, donde para sobrevivir, los personajes se ven obligados a hacer una multitud de cosas que no tendrían que haber ocurrido jamás“, afirma.
Sobre su personaje, Javier Rey le define como “un médico que ama su trabajo y que está obsesionado con salvar vidas, independientemente de su bando”. En esta línea, asegura que para sobrevivir, Guillermo García “se ve obligado a estar en la clandestinidad, a cambiarse el nombre y a tener una vida que no le corresponde”.
El actor asegura que uno de los grandes retos a los que se ha enfrentado en esta serie ha sido “darle peso” al doctor Guillermo García. “Tienes que hacer un personaje que tiene menos edad que la tuya, igual que la tuya, un poco mayor y luego muy mayor”, señala y apunta a que la “continuidad” y la “lógica” que existe en la novela era clave para retratar “todos los años y todo lo que ha ocurrido, con situaciones tan delicadas y de vida y muerte”.
Sinopsis del primer capítulo
Madrid, noviembre de 1936. Guillermo García (Javier Rey), joven médico progresista al servicio de la República, oculta en su casa a su vecina, la falangista Amparo Priego (Verónica Echegui). La joven no solo busca seguridad en el domicilio de Guillermo. Ambos fueron inseparables en su infancia y ella desea reavivar como adultos una intimidad que quedó truncada en la pubertad.
Un año después, un individuo es tiroteado después de haberlo arrojado desde un coche en marcha. Se trata de Manuel Arroyo (Tamar Novas), miembro de la Dirección General de Seguridad de la República. Guillermo atiende al herido y, para evitar que lo rematen, le adjudica la identidad de un fallecido y lo instala en su domicilio particular. La convivencia entre los tres alterará para siempre sus vidas.
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