En los últimos años, las redes sociales han cambiado nuestra forma de relacionarnos, comunicarnos o recoger información, por ello los responsables de Elogia Pharma han puesto en valor ya en muchas ocasiones las grandes oportunidades que ofrecen las RRSS a las empresas del sector salud. Desde el potencial de los influencers en el sector farmacéutico hasta su Radiografía de RRSS para la industria farma, dónde pudimos ver cómo estas plataformas se han vuelto fundamentales a la hora de lograr una comunicación directa con el público, además de ayudar en la difusión de información.
Sin embargo, es importante recordar que esta interacción con el paciente y en genarl, con la sociedad, a través de diferentes plataformas en internet, conlleva responsabilidades significativas en términos de cumplimiento normativo por parte de la compañía. Responsabilidades entre las que se encuentra: la protección de datos, promoción ética, farmacovigilancia y veracidad científica.
Actualmente, las redes sociales representan una herramienta excepcionalmente útil para el marketing y la comunicación de cualquier sector comercial. Sin embargo, la idiosincrasia de la industria farmacéutica, sujeta a estrictas regulaciones y consideraciones éticas de gran calado, limita y condiciona el uso que pueden hacer de ellas. Por ello, es necesario analizar de manera exhaustiva los aspectos clave que los laboratorios farmacéuticos deben considerar para garantizar una comunicación responsable en las redes sociales que les permita el éxito de las mismas, abordándolas siempre desde el cumplimiento normativo hasta el control de la desinformación.
Cumplimiento normativo y protección de datos
Pues bien, según Elogia Pharma en cuanto a las normas y regulaciones que establecen los límites y las condiciones para la publicidad y la promoción de los productos farmacéuticos, tanto a nivel nacional como internacional, existen varias. Estas normas pueden variar según el país y pueden incluir leyes de etiquetado, normativas específicas y códigos de conducta para la industria farmacéutica. Existen 3 niveles de control Leyes generales, Autorregulación normativa (internacional, nacional y autonómica) y Autorregulación corporativa.
Sin embargo, a pesar de ser un sector muy regulado y lleno de limitaciones, no existen normas específicas que regulen las actividades en RRSS, sino que estas actividades deben adaptarse a la normativa general sobre comunicación farmacéutica. “Lo que no es legal fuera de Internet, tampoco lo es en Internet”. En este sentido, los principales riesgos a los que se enfrentan los laboratorios son la promoción no autorizada de medicamentos y la incapacidad para controlar quién accede a los contenidos.
Así mismo, en esta línea, otro aspecto clave es la protección de datos personales de los usuarios que interactúan con el laboratorio farmacéutico en redes sociales. Estos datos pueden incluir información sobre su estado de salud, sus hábitos, sus preferencias o sus opiniones. Un aspecto en el que el laboratorio farmacéutico debe cumplir con la normativa vigente sobre protección de datos personales, que establece los principios, derechos y obligaciones para el tratamiento de los mismos. Entre ellos, se encuentran el consentimiento informado, la finalidad específica, la limitación del uso, la seguridad y la confidencialidad.
Publicidad y promoción
Ahora bien, la publicidad y la promoción de productos farmacéuticos son actividades reguladas por la normativa del sector, que establece una serie de requisitos y restricciones para su realización. Estos requisitos varían según el tipo de medicamento a promocionar (con o sin receta; medicamento o producto sanitario) y el público al que se dirige (profesionales sanitarios o público general).
Cuando hablamos de mensajes dirigidos a los pacientes, la publicidad y la promoción de los productos en cuestión deben ser veraces, objetivas, equilibradas y basadas en evidencia científica. No deben inducir al error, al consumo innecesario o a la automedicación. Tampoco deben contener afirmaciones exageradas, comparativas o denigratorias. De esta forma, el laboratorio farmacéutico debe asegurarse de que sus contenidos en redes sociales cumplan con estos requisitos y de que cuenten con la autorización previa de las autoridades competentes cuando sea necesario.
En definitiva, las redes sociales son un espacio de interacción y diálogo entre el laboratorio farmacéutico y los pacientes. Pos ello, estas interacciones pueden ser una oportunidad para mejorar la confianza, la credibilidad y la reputación del laboratorio, así como para ofrecer información de valor, resolver dudas o atender consultas.
Sin embargo, estas interacciones también pueden suponer un riesgo si no se gestionan adecuadamente. Por ejemplo, si se proporciona información inadecuada, incompleta o confusa; si se genera una expectativa falsa o desproporcionada; si se incumple la normativa o la ética profesional; o si se produce una crisis de reputación.
En este aspecto, el laboratorio farmacéutico debe definir una estrategia de interacción con los usuarios en redes sociales que establezca los objetivos, el tono, el estilo y el protocolo de actuación; además de asegurarse de que las respuestas proporcionadas sean adecuadas, éticas y no constituyan asesoramiento médico personalizado. Así, la mejor manera de garantizar el cumplimiento de todos estos aspectos legales, es que el laboratorio farmacéutico cuente con el apoyo de un equipo legal especializado en regulaciones farmacéuticas y en el uso de redes sociales para la industria médica.
Seguiremos informando…