Este 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, un trastorno mental que afecta cada vez más a la población y para el que, por desgracia, España no cuenta con los recursos humanos necesarios, no pudiendo ayudar debidamente a las personas con depresión u otras enfermedades mentales.
La alta incidencia ha llevado a los profesionales especializados en salud mental a buscar enfoques innovadores en el tratamiento de la depresión y, como afirma el Dr. García Campayo, “utilizar Mindfulness como terapia para abordar la depresión está suponiendo un gran avance en el tratamiento de la salud mental”.
Si bien es cierto, la depresión se caracteriza por la presencia de pensamientos y sentimientos de tristeza de una forma constante. Según explica el Dr. García Campayo, en el libro ‘Afrontar la Depresión con Mindfulness’, “el diálogo interno en la depresión suele estar cargado de autocrítica y de culpa, y se focaliza en los aspectos negativos de todo lo que ocurre y de todo lo que hemos hecho en la vida, por lo que suele producir un gran malestar”. En este sentido, afrontar los pensamientos de manera adecuada, por ejemplo, con Mindfullness, puede enseñarnos a prestar atención al momento presente, sin juzgar.
Este estado puede desarrollarse a través de ciertos tipos de meditación y se asocia con grandes niveles de bienestar personal y de satisfacción con la vida. Por esta razón, Mindfulness se ha incorporado como una psicoterapia que está dando resultados positivos, sobre todo, para tratar la depresión recurrente.
Beneficios del Mindfulness en el tratamiento de la depresión
Entre los beneficios que puede aportar el Mindfulness en el tratamiento de la depresión, se encuentra un aumento de la conciencia emocional, ya que enseña a relacionarse con los pensamientos como un meros espectadores. También enseña a parar el modo automático que impulsa a los seres humanos a hacer lo mismo ante determinados pensamientos, inconscientemente, y a cambiarlo por el modo ser, es decir, a experimentar una emoción sin resistirnos, pelearnos con ella, ni intentar cambiarla.
Además, con el Mindfulness se aprende a controlar el cuerpo, por ejemplo, ante emociones negativas y, en lugar de reaccionar de manera automática, es posible tomar conciencia para cambiar esa postura automática por otra que aparece en situaciones de alegría. De esta manera, el propio cuerpo impulsa a sentirse bien.
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