La decisión de Grifols de separar a la familia de la gestión de la compañía en mitad de la crisis provocada por Gotham City Research fue bien recibida por los inversores. Pues bien, un cambio en su estructura ligado directamente a una renovada imagen y por supuesto, a nuevos horizontes que conlleva buenas expectativas.
En concreto, la cotizada ha dicho adiós a la etapa de Raimón Grifols y Víctor Grifols Deu al frente del poder y ha quedado en manos de Nacho Abia, un ejecutivo con más de 25 años de experiencia en compañías internacionales.y que este lunes, 1 de abril, ha tomado las riendas de Grifols con el objetivo de solventar la crisis reputacional generada por las continuas acusaciones de Ghotam City, y por supuesto, teniendo como fin último rebajar la deuda. y mejorar sus resultados.
Según los expertos, “separar la propiedad de la gestión es una buena decisión, sobre todo en empresas sofisticadas y cotizadas como Grifols. Además, esto aumenta la confianza y por tanto, ías que toman dicha decisión ganan en mas seguridad y mejor imagen con la llegada de un profesional independiente”, como es el caso de Nacho Abia.
Por tanto, los cambios en la cúpula de Grifols, como parte de su estrategia de gobierno corporativo, pueden ser un gran paso para la compañía tras haber recibido, en apenas unos meses, un total de tres ataques respecto a su transparencia y la realidad de sus cuentas. 9 de enero, 20 de febrero y 6 de marzo.
Una reputación dañada que marca un camino de grandes retos
Ahora bien, el cambio de imagen de Grifols no radica únicamente en el cambio de su CEO y por tamto, en la apuesta por nuevos perfiles. Sino que, Nacho Abia deberá asumir una serie de retos para enderezar la compañía y recuperar la confianza del mercado, después de ser testigo de cómo penalizaban a la compañía por su “falta de transparencia” y de la deuda económica que la misma viene acarreando desde 2023.
Concretamente, Abia llega a una empresa que cerró 2023 con una deuda de 9.420 millones de euros, y una ratio de apalancamiento de 6,3 veces el Ebitda, una losa que lleva penalizando a Grifols en muchos de sus servicios durante los últimos años. Así, el nuevo directivo tendrá que reducir el endeudamiento y aumentar la liquidez, ya que la compañía se ha marcado como objetivo llegar a alcanzar una ratio de cuatro veces Ebitda, según señala Efe. Y, tras las diversas acusaciones ya comentadas, como bien tiene claro el nuevo directivo, no existirá mejoría económica, sin una buena reputación.
En definitiva, a nivel de daño reputacional, se trata de regresar al punto de partida que había en diciembre, “ganar de nuevo la confianza de bancos, financiadores e inversores”, añaden los expertos. Y, en este sentido, señalan como primer paso, la sentencia que se va a dictar sobre la demanda que Grifols presentó contra Gotham, para ver “en qué medida puede ayudar a restablecer la confianza en la compañía”.
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