Una investigación ha analizado la prevalencia del llamado síndrome de desgaste profesional o burnout entre médicos que trabajan en España. El estudio, llevado a cabo desde la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto Carlos III (ISCIII), concluye que uno de cada cuatro médicos en España sufre el síndrome de desgaste profesional. Los resultados de la investigación se han publicado en la revista Gaceta Sanitaria.
Para llevar a cabo la investigación, se incluyeron 67 estudios con 16.076 participantes, y los resultados arrojan una prevalencia de desgaste profesional o burnout del 24% en profesionales médicos. Además, los porcentajes de burnout pueden variar dependiendo de las dimensiones clínicas utilizadas para diagnosticar el síndrome. Analizando los estudios que utilizan las tres dimensiones para el diagnóstico (cansancio emocional, despersonalización y realización personal), la cantidad de médicos que sufren burnout se sitúa en un 18%. Por otro lado, en los estudios que contabilizan dos de las tres dimensiones, la prevalencia asciende al 29%, y los que solo hacen referencia a una única dimensión elevan esta cifra al 51%.
Un trabajo que implica gran implicación emocional
Como se indica en el estudio, el síndrome de desgaste profesional o burnout se considera un trastorno que ocurre como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito.
Por su tipo de trabajo y la implicación emocional que supone, los profesionales sanitarios corren más riesgo de padecer burnout o síndrome de desgaste profesional. Por ello, para combatir este síndrome entre los sanitarios, diversos autores proponen medidas como los cambios en los patrones laborales (aumentando los descansos), el desarrollo de herramientas de gestión emocional y la diversificación laboral con posibilidad de realizar diferentes tareas.
Mitigar el desgaste profesional entre los sanitarios resulta crucial, ya que no solo afecta a los propios especialistas de la salud, sino que esto puede influir en la atención sanitaria que estos prestan, afectando, por tanto, a los pacientes. Además, tal y como indica la investigación, se ha llegado a afirmar que el burnout en médicos se está convirtiendo en un problema social y de salud pública, que lleva asociado un gran coste económico.
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