Que Prisa funciona como un altavoz mediático del Gobierno de Pedro Sánchez es una realidad tan palpable como que sus ramas mediáticas –El País y la Cadena SER– son las favoritas de Moncloa para “vender” su gestión política a la ciudadanía.
No es casualidad, por tanto, que Óscar Puente haya acudido a un programa de la SER a defenderse de las críticas de la oposición. Sobre todo, tras llamar “saco de mierda” al activista Vito Quiles. El espacio elegido ha sido Hora Veintipico, presentado por Héctor de Miguel, humorista muy escorado a la izquierda.
En un juego de favores mutuo, la Cadena SER le ha aplicado un lavado de cara al ministro de Transportes. Durante la entrevista, Óscar Puente ha reconocido que se excedió al insultar a Quiles. Previamente, quiso aclarar que “no vivimos en un contexto muy normal” y explicó por qué estalló a través de X (Twitter).
“Si alguien ha seguido mi carrera como alcalde, sabe la persecución que yo sufro desde hace años por parte del triunvirato de Quiles, (Javier) Negre y Alvise (Pérez)”, se justificó. “Estamos en una situación de práctica indefensión ante este tipo de fascistas, porque esto es un fascistas, es un nazi directamente”, opinó refiriéndose a Vito Quiles.
Prisa – Moncloa: favores a cambio de dinero
La cadena de favores entre el PSOE y Prisa se perpetúa desde tiempo inmemorial. Durante las legislaturas de Pedro Sánchez la relación entre ambas partes se ha estrechado, especialmente en los últimos años, donde tanto El País como la Cadena SER se han convertido en los medios de comunicación favoritos de Moncloa.
El presidente del Gobierno se ha refugiado en Prisa cuando ha tenido que vender las bondades de su mandato, así como en otros medios como RTVE. Sin embargo, ha sido en la empresa presidida por Joseph Oughourlian donde ha tenido a su principal aliado, siempre dispuesto a echarle un cable.
Eso sí, los favores no salen gratis. Y eso lo saben bien en Moncloa, que ha regado al grupo con una lluvia de millones en publicidad institucional. De hecho, Prisa tiene un interés particular a este respecto.
Como hemos contado en este medio, los planes del Gobierno pasan por aprobar una nueva norma inspirada en la Ley europea de medios de comunicación. Con esta modificación buscan introducir nuevos criterios -más subjetivos- a la hora de repartir la publicidad institucional entre los medios.
De esta forma, valores tan abstractos como la “sostenibilidad democrática” primarían sobre las audiencias digitales, donde El País ha perdido la batalla frente a otros diarios como El Español -líder-, La Vanguardia o El Mundo.
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