CONCEPCIÓN CASCAJOSA SE ENFRENTA A UNA SITUACIÓN CRÍTICA

La gestión de RTVE hace aguas: deuda disparada y audiencia hundida

EL CAOS EN LOS DESPACHOS SE REFLEJA EN TVE Y RNE

Las audiencias de TVE y RNE durante la temporada que acaba de terminar son un buen ejemplo de una crisis que trasciende a los despachos. A todo ello hay que sumar una deuda financiera que roza los 700 millones de euros y un agujero en las cuentas que ata de pies y manos a RTVE

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Radio Televisión Española tiene importantes cuestiones que resolver. A la crisis crónica en los despachos, se suman los problemas financieros, con una deuda que asciende a 689 millones de euros. Una situación a la que ha llegado tras una gestión muy cuestionable de los fondos de los que dispone.

Sin ir más lejos, y como contamos en PRNoticias, RTVE tiene actualmente un agujero en sus cuentas de este año que oscila alrededor de los 30 millones de euros. En otras palabras, gasta más de lo que tiene; y todo ello a pesar de las ayudas del Gobierno para la compra de la Eurocopa que actualmente se disputa en Alemania.

Cabe recordar que las cantidades presupuestadas para 2024 son las mismas que se presupuestaron en 2023 -1.200 millones de euros-, con la aprobación de los últimos Presupuestos Generales del Estado (PGE). En lo que va de año, RTVE ha gastado 292 millones en programas externos, 338 millones en derechos audiovisuales y 473 millones en sueldos.

Una crisis transversal a todos los ámbitos

Programas millonarios, sueldos desorbitados y un descontrol presupuestario difícil de justificar a ojos del ciudadano medio. El otro gran problema del ente público es su crisis de audiencia. Con la temporada terminada, TVE ha vuelto a situarse por detrás de las privadas.

Sin embargo, ha optado por adoptar un tono triunfalista por disparar su índice de audiencia en las últimas semanas gracias a la Eurocopa. Aún peor es la realidad de RNE, que ha firmado los peores resultados de su historia, con un mínimo histórico que avergüenza a su plantilla.

Cuestión a parte merece la situación de interinidad en la que se encuentra la presidenta del ente, Concepción Cascajosa, y la de su Consejo de Administración, bloqueado y sin visos de renovación pese a que buena parte de sus miembros tiene su mandato caducado.

El futuro, aún más negro

El presenta arroja una imagen desoladora para RTVE, pero las circunstancias no invitan al optimismo de cara al futuro. La deuda -aunque en términos generales no afecta al día a día de la corporación- persistirá y cabe esperar que incluso pueda aumentar.

Asimismo, la audiencia, cada vez más fragmentada, no se decantará por las apuestas de la pública si no son lo suficientemente atractivas. El margen de maniobra, además, es muy limitado, pues RTVE apenas cuenta con dinero para cerrar nuevos formatos y competir así con las cadenas privadas.

De ahí que lo esté fiando todo a un par de fichajes de relumbrón que, lejos de seguir una línea marcada, responden a la improvisación y a intereses muy particulares. Buen ejemplo de ello son los incorporación de David Broncano -a conveniencia del Gobierno- o la de Arturo Valls, que conducirá un programa producido por la empresa del directivo de Prisa y asesor socialista, José Miguel Contreras.

Ambos fichajes conducen irrevocablemente a La Moncloa, principal interesada de que RTVE responda a sus órdenes. Y todo ello mientras su situación financiera hace aguas, con contratos desorbitados mediante y sin atender a las críticas que se suelen hacer a su gestión.

Seguiremos Informando…

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