El último informe elaborado por LLYC, ‘A la vanguardia de la salud’ pone la mesa los cuatro retos principales a los que se enfrenta la sanidad española a corto plazo.
- El abordaje de la cronicidad, dada la alta prevalencia de enfermedades crónicas en una población cada vez más envejecida
- El beneficio de sumar la innovación a la medicina, con avances entre otros en materia de enfermedades raras;
- El retraso en la incorporación de nuevos fármacos, que provoca demoras en el acceso a tratamientos innovadores.
- La amenaza de la sostenibilidad del propio sistema sanitario por el envejecimiento y la situación de sus profesionales.
Afrontar estos retos requiere de reformas amplias y estructurales. Entre ellas, reforzar la atención primaria dotándola de mayores recursos, para que sea el eje central en la gestión de la cronicidad, aliviando la presión hospitalaria. Además, es necesario modernizar y optimizar el sistema hospitalario, ampliando los recursos sociosanitarios para mejorar la atención de pacientes crónicos y mayores, lo que permitiría reducir costos y mejorar la coordinación. También es clave impulsar la adopción de nuevas tecnologías y el acceso a la innovación para mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sistema.
El nuevo equipo del Ministerio de Sanidad, liderado por Mónica García, ha afrontado desde 2023 varios de estos desafíos con una agenda política enfocada en reforzar la sanidad pública, mejorar la atención primaria y reducir las listas de espera. Durante sus primeros meses, el ministerio ha impulsado leyes clave como la Ley de Universalidad y la Ley de Equidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud, además de desarrollar iniciativas para mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios y actualizar el Plan de Acción de Atención Primaria. También han recuperado el Plan Integral de Prevención del Tabaquismo y comenzado la implementación de medidas como la ampliación de espacios sin humo.
Retos del siglo XXI
En paralelo, el ministerio se ha centrado en adaptar la sanidad a los retos del siglo XXI, impulsando la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública y medidas en salud mental. Asimismo, ha apostado por la innovación en el sector farmacéutico, a través del trabajo realizado en el futuro Plan Estratégico para la Industria Farmaceútica y con iniciativas como la Ley de Garantías y uso racional del medicamento y, sobre todo, el Real Decreto de Tecnologías Sanitarias.
Otro de los elementos clave para modernizar y fortalecer el sistema de salud en España han sido los fondos destinados a la sanidad en el marco de los fondos Next Generation EU y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Una parte de estos recursos es gestionada de forma directa por el Ministerio de Sanidad, con el propósito de mejorar y ampliar las capacidades del Sistema Nacional de Salud (SNS). Paralelamente, la otra parte de estos fondos se destinan al PERTE para la Salud de Vanguardia. Este cuenta con dos líneas bien definidas: por una parte, el refuerzo de la competitividad y sostenibilidad industrial de los sectores relacionados con la Sanidad; por otra parte, el impulso de la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) en proyectos relacionados con la Salud de Vanguardia.
Inicialmente, la dotación del PRTR asignada a este PERTE ascendía a 810 millones de euros (todos en subvenciones). Tras la aprobación de la adenda en otoño de 2023, la dotación pública total destinada a este PERTE asciende a los 1.640 millones de euros directos (1.310 millones en subvenciones y 330 en préstamos), de los cuales se ha comprometido un total de 613,96 millones.
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