La temporada de Telecinco no ha alejado los fantasmas del pasado. Tras un verano plagado de sinsabores, septiembre está constatando la cruda realidad de la cadena de Mediaset. Si luchar contra Antena 3 era una quimera, intentar batir a TVE también lo es ahora.
La irrupción de David Broncano en La 1 ha supuesto un gran impulso para la cadena pública, que a su vez se beneficia de que Telecinco está atravesando la peor crisis de su historia. El éxito de La Revuelta es un factor determinante cuando se trata de analizar la situación de ambas cadenas, separadas actualmente por cinco décimas.
A pesar de no ser una diferencia sustancial, este nuevo orden televisivo deja a las claras que Telecinco no ha logrado armar una parrilla competente para estos primeros compases del curso. De ahí que TVE, con Broncano como punta de lanza, esté siendo capaz de situarse como la segunda cadena por detrás de Antena 3.
¿Hay luz al final del túnel?
En Mediaset aún no se han repuesto del duro golpe que supuso que Carlos Latre no interesara a los espectadores. La cancelación de Babylon Show supuso decir adiós a un proyecto que, más o menos acertado, había despertado la esperanza de poner en aprietos a El Hormiguero.
Nada más lejos de la realidad. Carlos Latre no fue rival para Pablo Motos, ni siquiera pese a que sus primeras entregas se estrenaron antes del inicio de la nueva temporada del formato de Antena 3. Para más inri, a TVE llegó Broncano, que determinó que la verdadera batalla sería entre él y su admirado -y ahora rival- El Hormiguero.
La batalla entre ambos programas ha elevado los análisis de audiencias a los diarios de tirada nacional, sustituyendo los duelos del prime time por una enconada guerra por liderar la nueva franja estrella de la televisión: el access prime time. Y en esta guerra, la que sale perdiendo es Telecinco, que ni siquiera convence a la audiencia con la vuelta de Gran Hermano.
La realidad del momento la ha conducido a tener que maniobrar constantemente en función de lo que hacen las cadenas rivales, improvisando continuamente y sin tener una hoja de ruta definida. De ahí que la salida de hombres como José Manuel Villanueva, director de Contenidos de Mediaset, se antoje más urgente que nunca.
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