La Navidad, caracterizada por la alegría, la unión y la celebración a través de banquetes copiosos, puede traer consigo una dificultad causada por la gran cantidad de platos inundan las mesas navideñas: los atracones o excesos de comida. Este problema cobra aún más relevancia en aquellas personas que están enfrentando algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).
En este sentido, el trastorno por atracón, junto con la anorexia y la bulimia, son los TCA más frecuentes y afectan a 1 de cada 20 adolescentes en España, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
La presión social asociada con las celebraciones navideñas, centradas en torno a la comida intensifica estas experiencias, acrecentando la ansiedad y desencadenando episodios de empacho. “Es crucial comprender que este tipo de trastornos no solo afectan la relación de las personas con la comida, sino que también deterioran su bienestar físico emocional general”. Además, “estas situaciones sociales pueden también desencadenar sentimientos de vergüenza o un cambio de actitud a la hora de elegir los alimentos, las cantidades o el simple miedo a recibir comentarios de los familiares o amigos”, añade el nutricionista de Blua de Sanitas.
Consejos para evitar atracones e impulsar una mejor salud mental y digestiva
- Planificación de comidas: establecer horarios regulares y a eludir largos períodos de ayuno, reduciendo la sensación innecesaria de hambre y, por consiguiente, la probabilidad de atracones. Tener las comidas programadas permite obtener un control más efectivo sobre la ingesta.
- Evitar las restricciones severas: es común durante estas fechas el aumento de la ingesta de dulces y otras comidas más calóricas. Permitirse disfrutar de ello con consciencia proporcionará beneficios a nivel de relación con la comida. En este sentido, es recomendable que las cantidades sean moderadas y se saboree cada bocado, con el objetivo de alimentarse de manera consciente y evitar impulsos.
- Elección responsable de alimentos: optar por manjares nutritivos y balanceados en el transcurso de las celebraciones navideñas constituye una manera de disfrutar ellas sin comprometer la salud. Por ello, se sugiere aumentar los alimentos sean lo más naturales y menos ultraprocesados posibles, porque el nivel de saciedad es mayor y se satisface el hambre de manera más efectiva. Además, consumir durante el día alimentos ricos en fibra como las legumbres, verduras u hortalizas también favorecen la saciedad durante el día.
- Enfoque en la socialización: centrar la atención en la compañía y la conversación, en vez de en la comida, mitiga la impulsividad alimentaria y fomenta una experiencia menos enfocada en la ingesta excesiva. Añadir también que es importante no relacionar estas ocasiones especiales y puntuales con un posible aumento de peso por el hecho de consumir más alimentos o calorías. El aumento de peso no lo determina en este caso, alguna comida o cena más copiosa de manera puntual, sino los hábitos que tenemos a medio largo plazo durante el año.
- Participación en actividades físicas: integrar el ejercicio en la rutina navideña contribuye a la salud física y también mental, pero no debe centrarse en la compensación calórica, si no en la mejora del estado físico y emocional en general. Por lo tanto, establecer tiempo para el deporte ofrece una vía positiva para canalizar la Nota de prensa / 2 energía a lo largo de la Navidad. También es una buena ocasión para hacer alguna ruta por la naturaleza, dar paseos largos con motivo de la época.
“La consulta a un especialista, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta, ante cualquier preocupación relacionada con los TCA es un paso fundamental hacia la recuperación. La atención temprana e integral mejora tanto las posibilidades de éxito en el tratamiento como la construcción de una base sólida para el bienestar a largo plazo. La salud mental es tan valiosa como la física, y buscar ayuda profesional es un acto de autocompasión y valentía”, completa Auñón.
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