El 2025 será el año en el que el Gobierno abra la presentación de candidatura para asignar dueño al nuevo canal TDT que ha quedado disponible. Desde que se conoció el proyecto que depende del ministerio de Transformación Digital de Óscar López, un candidato ha copado el primer puesto de las quinielas: Prisa.
Es un actor y aliado clave para el Gobierno que no puede presumir de estar rebosante de apoyos en lo que a medios de comunicación se refiere. Sumar una televisión que siga una línea editorial en consonancia con los planes del Ejecutivo en tiempos convulsos en clave en la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez.
Por eso, toda la colaboración que pueda haber por parte de las instituciones para que el plan vaya según lo previsto, es poco. Desde el diario El Español se ha adelantado que el Gobierno ha dilatado los plazos previstos para el lanzamiento del concurso alegando retrasos burocráticos derivados de Europa.
La cuadratura del círculo
Una casualidad que sirve a Prisa para poner todo en orden. Por un lado, gana tiempo para convencer a los consejeros reticentes. Son varias las voces internas de Prisa que siguen mostrando sus dudas respecto a la inversión en este proyecto, dadas las cuentas actuales de la compañía. A falta de conocer los resultados definitivos de 2024, la deuda de Prisa sigue superando los 700 millones de euros.
No obstante, es conocido en el sector que desde Prisa ya trabajan en un borrador del proyecto que presentarían en el caso de que la compañía de el visto bueno a la nueva línea de negocio. Al frente, José Miguel Contreras, director de Contenidos de Prisa Media y hombre bien relacionado en los círculos cercanos a Moncloa. Él es el encargado de supervisar un proyecto que llegaría para completar el vacío que Prisa tiene en la televisión, al tener la Cadena SER como emisora de referencia en la radio española y al diario El País en la prensa.
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