Los resultados globales del Trust Barometer de Edelman de este 2025 revelan que las preocupaciones económicas han evolucionado hasta crear un alto nivel de descontento generalizado, con seis de cada diez encuestados reportando niveles moderados y altos de insatisfacción. Esto se refiere a la percepción de que el gobierno y las empresas actúan en detrimento de la mayoría, priorizando los intereses de las élites económicas. El temor a sufrir discriminación ha aumentado 10 puntos, alcanzando un máximo histórico del 63%, y afecta a la mayoría de las personas independientemente de su género, edad o nivel de ingresos. El mayor incremento (14 puntos) se registró entre personas blancas en Estados Unidos.
“En la última década, la sociedad ha pasado del miedo a la polarización y ahora al descontento”, explica Richard Edelman, CEO de Edelman. “Los líderes de países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Corea del Sur y Canadá han sido sustituidos debido a la indignación de los votantes ante la pérdida de empleos causada por la globalización y la inflación. Ahora vemos una mentalidad de “suma cero”, es decir, la creencia de que el beneficio de unos implica necesariamente la pérdida de otros. Esto ha llevado a legitimar medidas extremas, como la violencia y la desinformación, como herramientas para el cambio. El Trust Barometer muestra una brecha de 30 puntos en la confianza hacia las instituciones entre aquellos con niveles altos y bajos de descontento (Índice de Confianza de 36 frente a 66). Cerrar esta brecha abre la posibilidad de avanzar hacia un futuro más prometedor”.
Los factores del descontento
El estudio de Edelman señala que el descontento deriva de cuatro factores clave. En primer lugar, la falta de esperanza para la próxima generación: solo el 36% cree que las cosas en su país serán mejores para la próxima generación, con cifras especialmente bajas en democracias occidentales como Francia (9%), Reino Unido (17%) y Estados Unidos (30%). En España, la cifra se sitúa en el 22%. En segundo lugar, la brecha de confianza entre clases sociales: los encuestados de ingresos bajos otorgan 13 puntos menos a las instituciones que los de ingresos altos (Índice de Confianza de 48 frente a 61). En tercer lugar, una falta de confianza sin precedentes en los líderes institucionales: un promedio del 69% de los encuestados teme que funcionarios gubernamentales, líderes empresariales y periodistas mientan deliberadamente, lo que refleja un aumento de 11 puntos desde 2021. Finalmente, la confusión acerca de la verdadera información: el 63% de las personas afirma que es cada vez más difícil discernir si las noticias son verdaderas o se trata de fake news.
Por otro lado, 4 de cada 10 encuestados – y un 53% de los jóvenes entre 18 y 34 años– están a favor de una o más formas de activismo hostil para provocar cambios en la sociedad. Estas incluyen: atacar a personas online, difundir desinformación intencionadamente, amenazar o cometer actos de violencia, y dañar propiedades públicas o privadas. Prevalece aquí también la mentalidad de “suma cero”, con encuestados que creen que los logros de quienes tienen opiniones políticas opuestas a las suyas son a expensas de sus propios logros. Esta cifra se duplica entre aquellos que tienen altos niveles de descontento (53%), en comparación con aquellos que tienen niveles de descontento bajos (23%).
En los últimos años, las empresas han sido consideradas la solución por defecto a los problemas sociales, debido a que se perciben como más competentes que los gobiernos (actualmente con 49 puntos más) y más éticas (29 puntos más). Sin embargo, las empresas se enfrentan a nuevos límites: su involucración en problemas sociales se considera justificada solo si contribuyen al problema, pueden tener un impacto significativo o si sus acciones mejoran el desempeño de sus negocios. Las otras tres instituciones principales también tienen un papel vital. Las ONG, como unificadoras, son la institución con mayor confianza entre quienes sienten altos niveles de descontento. Los gobiernos deben demostrar su competencia ofreciendo resultados tangibles que beneficien a los ciudadanos. El informe también indica que se espera que los medios de comunicación prioricen la información de calidad por encima del contenido diseñado para atraer clics, para que los lectores puedan tomar decisiones informadas.
“Las empresas se enfrentan a reacciones negativas de quienes se oponen a su papel como catalizadoras del cambio social”, explica Richard Edelman, y añade: “Cambiar el sentimiento de descontento de toda la sociedad requerirá un esfuerzo conjunto entre instituciones para abordar temas como la integridad de la información, la estabilidad económica, la sostenibilidad y el futuro de la IA”.
Otros datos clave del Barómetro de Confianza Edelman 2025
- Falta de confianza en las principales economías: cinco de las diez economías más grandes del mundo están entre las naciones con menor confianza según el Índice de Confianza: Japón (la que presenta un menor índice de confianza con un 37), Alemania (41), Reino Unido (43), España (44), Estados Unidos (47) y Francia (48).
- Mayor confianza en países en desarrollo: China (77), Indonesia (76), India (75) y los Emiratos Árabes Unidos (72) se mantienen como las naciones con el nivel de confianza más alto según el índice, posiblemente debido a la estabilidad económica, el fuerte liderazgo gubernamental y una percepción positiva de progreso en estas regiones.
- La confianza sigue siendo local: a pesar de una caída de tres puntos, con un 75% de confianza entre empleados, “Mi empleador” continúa siendo la institución en la que más se confía.
- Aceleración de la inseguridad laboral: los temores relacionados con la inseguridad laboral debido a la globalización han aumentado, incluyendo preocupaciones por conflictos comerciales internacionales (62%, +5 puntos), competidores extranjeros (59%, +6 puntos), deslocalización (54%, +6 puntos), recesión (63%, +3 puntos), automatización (58%, +5 puntos) y habilidades desactualizadas (58%, +2 puntos).
- Las élites económicas son vistas como el problema: la mayoría cree que no pagan su parte justa de impuestos (67%) y culpa a su egoísmo de muchos de los problemas actuales (65 %).
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