El Ministerio de Sanidad y los sindicatos han reanudado este miércoles las negociaciones sobre la reforma de la ley que regula las condiciones laborales del personal del Sistema Nacional de Salud, después de siete meses sin avances. Aunque no se ha alcanzado un acuerdo definitivo, se ha acordado un calendario para continuar con las conversaciones. Las reuniones se reanudarán el 13 de febrero y continuarán en fechas posteriores durante febrero, marzo y abril.
Mónica García, ministra de Sanidad, se mostró satisfecha con la “sintonía” entre todas las partes involucradas en las negociaciones, destacando el consenso en la mejora de las condiciones laborales de los profesionales del Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, las reacciones de los sindicatos han sido mixtas. CCOO ha valorado positivamente que el borrador del estatuto marco incluya algunas reivindicaciones históricas, mientras que UGT ha expresado su malestar por el enfoque del Ministerio.
El sindicato CSIF ha reiterado sus “líneas rojas”, mientras que la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha insistido en que se necesita un estatuto específico para los médicos, debido a las condiciones particulares de su formación y responsabilidad. A pesar de ello, la ministra García ha señalado que el estatuto marco es para todos los profesionales del SNS, no solo para los médicos, y que incluye medidas para mejorar las condiciones laborales de todos los colectivos, como enfermeras, técnicos y investigadores.
Voces discordantes
CESM ha manifestado que los cambios propuestos en el borrador están lejos de sus demandas, subrayando la necesidad de una normativa propia que aborde las “especiales condiciones” de los médicos. El sindicato considera que el nuevo texto no responde adecuadamente a las necesidades de los profesionales y no tiene en cuenta las especificidades del sector.
UGT también ha mostrado su desacuerdo, señalando que el borrador no aborda todas las necesidades del personal del SNS. El sindicato ha lamentado que no se recupere la jornada laboral máxima de 35 horas semanales, que no se contemplen pagas extraordinarias completas ni un compromiso real para actualizar las funciones de los profesionales, especialmente las enfermeras en puestos directivos.
Finalmente, UGT ha criticado la falta de una visión integral del SNS por parte del Ministerio de Sanidad, afirmando que la reforma se está centrando demasiado en el colectivo médico y dejando de lado las necesidades de otros profesionales. Este sindicato ha instado a la ministra a adoptar un enfoque más amplio y inclusivo para todos los trabajadores del Sistema Nacional de Salud.
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