La comunicación corporativa vive un momento de transformación, donde la autenticidad y la estrategia son más cruciales que nunca. En un entorno saturado de información, las marcas deben encontrar nuevas formas de conectar con sus audiencias, equilibrando innovación y transparencia, y haciendo que la figura del dircom sea más que nunca un motor clave en la construcción de reputación y en la creación de mensajes que realmente resuenen. Para profundizar en estos desafíos y oportunidades, hablamos con Delfina Oliver, directora de Comunicación y Relaciones Externas de Ernest, que cuenta con trayectoria efectiva en comunicación digital e institucional, habiendo liderado estrategias de posicionamiento en organizaciones tanto nacionales como internacionales.
¿Cómo crees que ha evolucionado el rol del dircom en los últimos años y qué desafíos enfrenta hoy?
El rol del dircom ha dejado de ser solo un emisor de mensajes para convertirse en un estratega integral: ha evolucionado de ser el ‘portavoz’ de la empresa a ser el motor que impulsa y protege la reputación de la marca. Hoy enfrentamos el desafío de mantenernos auténticos en un mundo donde la información viaja a la velocidad de la luz. Además, debemos aprender a combinar lo digital con lo humano, logrando que cada mensaje refleje nuestra esencia.
Si tuvieras que definir en una frase el papel del dircom hoy, ¿cuál sería?
La comunicación hoy es un juego de equilibrio entre lo clásico y lo innovador, donde cada canal —del papel a la IA— suma para que la marca te hable a ti, directamente, con su propia voz.
¿Qué consejo le darías a los futuros profesionales que quieran especializarse en comunicación corporativa?
Que no pierdan la curiosidad y se atrevan a probar nuevas ideas o estrategias. Tomen proyectos y, ¡jueguen!
¿Cómo crees que va a impactar la IA en el trabajo de los dircom?
La IA será nuestra gran aliada, permitiéndonos ser más precisos y ágiles, dejándonos más tiempo para dedicarnos a lo importante: la empatía para el trabajo en equipo y la creatividad para elevar cada proyecto.
La comunicación corporativa está cada vez más vinculada a la transparencia y la reputación. ¿Cómo se equilibra la necesidad de proteger la marca con la demanda de veracidad por parte del público?
El equilibrio está en la autenticidad. Ser transparentes no significa mostrarlo todo, sino tener claros nuestros valores y personalidad. La clave para mí es mostrar sin decir, que nuestras acciones hablen por nosotros.
¿Y cómo se gestiona una crisis reputacional?
Parece mentira pero… creo que con calma interna. Primero, entender la situación y luego actuar. Las crisis son oportunidades para demostrar nuestra capacidad de respuesta y nuestro compromiso con la transparencia. Y claro, no viene mal tener un protocolo para ello.
¿Cómo puede lograr una empresa destacar su mensaje y captar la atención del público en un entorno tan saturado de información como el que nos rodea hoy en día?
Pensando un paso más allá. Las grandes acciones de este año tendrán que ver con aquello que traspasa la pantalla y nos conecta. El mundo, las marcas, las personas demandamos conexión verdadera y nuestro trabajo es generar los espacios para que eso suceda.
Seguiremos Comunicando…