El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno digestivo funcional que afecta aproximadamente al 20% de la población, con una mayor incidencia en mujeres y personas menores de 50 años. Esta condición puede impactar significativamente en la calidad de vida, especialmente en mujeres, quienes pueden experimentar un aumento en la intensidad de los síntomas durante la menstruación debido a las fluctuaciones hormonales.
Estudios han demostrado que, durante la fase menstrual, la urgencia de defecar es mayor en comparación con otras fases del ciclo. Además, el dolor abdominal y la hinchazón, síntomas característicos del SII, pueden interferir con la rutina diaria y limitar la participación en actividades sociales. Las alteraciones en el ritmo intestinal, como la diarrea urgente o el estreñimiento con evacuaciones incompletas, también contribuyen a la incomodidad de quienes padecen esta enfermedad.
Según el doctor Enrique Rey, docente y Vicedecano de Relaciones Institucionales de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador de Schwabe, la etiología del SII es multifactorial, es decir, factores como la dieta, el estrés y los cambios en la flora intestinal pueden influir en su desarrollo.
Aunque el SII combina periodos asintomáticos y sintomáticos, existen alternativas de tratamiento, entre ellas el uso de medicamentos con ingredientes naturales como el aceite de menta y alcaravea, que pueden ayudar a aliviar síntomas como el dolor abdominal y la hinchazón.
Relación entre el SII y la salud mental
Además de los síntomas digestivos, el SII puede tener un impacto en la salud mental, ya que muchas personas que lo padecen también sufren de cefaleas, insomnio, ansiedad y depresión. Se ha observado que quienes buscan atención médica suelen presentar mayores niveles de estrés y ansiedad, lo que a su vez podría agravar los síntomas intestinales.
Dado este vínculo entre el bienestar emocional y el SII, se ha demostrado que terapias psicológicas como la terapia cognitiva pueden contribuir a la mejoría de los síntomas y a una mejor calidad de vida para los pacientes.
El doctor Enrique Rey enfatiza la importancia de que los profesionales de la salud identifiquen los factores de riesgo y las características clínicas del SII para ofrecer un diagnóstico adecuado y un tratamiento integral. Un enfoque multidisciplinario puede ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes conviven con esta condición, minimizando su impacto en el día a día.
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