La reputación del movimiento B Corp atraviesa su momento más delicado, y el epicentro de la tormenta tiene nombres propios: Nestlé y Danone. Ambas gigantes del sector alimentario, certificadas como B Corp en varias de sus filiales, han sido acusadas en múltiples países de incurrir en greenwashing, lo que ha generado un daño profundo a la credibilidad del sello de responsabilidad empresarial más influyente del mundo.
En los últimos años, medios como BBC, Just Drinks, Renascença y organizaciones como ClientEarth revelaron que Nestlé y Danone estaban siendo denunciadas formalmente por hacer afirmaciones ambientales engañosas, especialmente respecto a la supuesta reciclabilidad de sus botellas de agua. En concreto, se les acusó de publicitar que sus envases eran “100% reciclables”, cuando en la práctica una parte significativa no se recicla ni técnica ni económicamente en los sistemas actuales.
Las demandas —presentadas en Francia, Reino Unido y otros países europeos— han encendido todas las alarmas en el sistema de acreditación B Corp, donde filiales como Nespresso (Nestlé) y Danone North America y España forman parte de la comunidad acreditada. La presión mediática y social se ha traducido en cuestionamientos internos: ¿cómo puede una empresa con historial documentado de desinformación ambiental ostentar un sello que presume los más altos estándares éticos?. La realidad, según los expertos consultados ,es que estas grandes empresas han pervertido a BCorp, ya que sus aportaciones económicas son un porcentaje de la facturación, y concretan que no es lo mismo cobrar de Danone España que de Pastoret.
La respuesta de B Lab ha sido una urgente y reforma sin precedentes. A partir de 2025, el sistema B Corp abandonará su modelo de evaluación flexible y adoptará estándares obligatorios en siete dimensiones clave, que incluyen trazabilidad, transparencia, responsabilidad climática y respeto a los derechos de los consumidores. Bajo esta nueva normativa, los expertos comentan que multinacionales como Nestlé y Danone podrían quedar fuera del ecosistema, salvo que realicen una transformación profunda.
Según estimaciones de los expertos consultados, hasta el 70% de las empresas actualmente certificadas no cumplirían los nuevos criterios si se aplicaran de forma inmediata, y en especial estas grandes empresas. Esto incluye grandes grupos que, pese a un branding ético, han sido señalados por prácticas contrarias a los principios fundacionales del movimiento B. Los expertos consideran que están grandes empresas utilizan BCorp como marketing, y no tienen un compromiso real de transformación. Como consecuencia, empresas históricas como Dr. Bronner’s decidieron abandonar voluntariamente el sello, acusando a B Lab de permitir una “dilución” de sus valores.
Hoy, con la credibilidad del sistema en juego, B Lab intenta reparar el daño mediante una reestructuración que promete rigor, coherencia y vigilancia real, aunque parece muy difícil que puedan reformularlo y relanzarlo sin expulsar a estas grandes empresas, ya que será imposible que cumplan y lo hagan de forma real y transparente. “BCorp esta comprando tiempo porque ya se han convertido en una multinacional de la certificación”, considera una fuente muy solvente del tercer sector.
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