Benedicto XVI tuvo conexiones con la ultraderecha y con el fascismo. Así de rotundo se manifestó Ernesto Ekaizer en Malas Lenguas, el programa de cuota de Jesús Cintora en La 2 que últimamente -y tras su reciente estreno- no acaba de despegar pese al descubrimiento del ‘simulcast’ por parte de José Pablo López.
El caso es que Ekaizer, que en otro tiempo al frente de cierto diario económico se jactaba de ser poco menos que el confidente y asesor áulico del ministro socialista Carlos Solchaga -hombre de la ‘beautiful people’ y de la ‘reconversión’ que se cebó con miles de empleos de la clase trabajadora de los ochenta-, soltó el zurriagazo y salió corriendo sin mencionar cuáles y quiénes. Simple curiosidad, sobre todo cuando se realizan tan graves acusaciones sobre un muerto incapaz de defenderse.
Que Benedicto XVI, o Ratzinger, estuvo alistado en las Juventudes Hitlerianas no es algo nuevo. Como tampoco que, cuando lo hizo, era obligatorio estar inscrito en dicha organización juvenil. Que era un ‘peso pesado’ de los ámbitos más conservadores de la Iglesia y un especialista en su campo tampoco era una novedad. Pero, puestos a ello, el periodista favorito de Jesús Cintora podía haber concretado más.
Por cierto, nunca -que se sepa- afeó a Jesús Polanco, su empleador durante muchos años, su pasado de pantalón corto, camisa azul y boina roja en el Frente de Juventudes. Tampoco echó en cara a su jefe, Juan Luis Cebrián, su paso por la Dirección de Informativos de TVE con el franquista Arias Navarro.
Ni, claro está, a algunos de sus influyentes compadres en el pesebre periodístico socialista que, antes de transmutarse en ‘progres’ de toda la vida, se colocaron el brazalete ‘joveneuropeo’ con la cruz céltica, ¿verdad, Pepe?
Pero lo verdaderamente interesante es que Malas Lenguas se está desinflando por momentos. La estrategia de ‘simulcast’ de López y sus muchachos pinchó en hueso, y es normal, porque a nadie -salvo a los muy sectarios- le pueden interesar los mismos análisis sesgados de una década atrás.
El lucimiento al servicio de las cuotas de turno desarrollado por la multiproductora Mediapro -buen hostión te ha calzado el ‘voxero’ Tebas, Tatxito, dejándote sin postre con la producción de La Liga- y por los intrigantes chicos fabricantes de La Osa -que hasta han tenido el pudor de meter en la redacción al protegido de José Pablo, Daniel Forcada, que anda haciendo una ‘tournée’ por la Corporación empalmando contratos y al que en su momento ficharon como jefe de prensa o lo que fuera de La Fábrica de la Tele, tras dejar la dirección de comunicación de Telemadrid- les está quedando muy mono, aunque se hayan dejado un 66% de la audiencia por el camino desde su estrena hace un par de semanas.
Por cierto, los curas con contactos con la ultraderecha deberían preocupar, por supuesto. Pero también deberían hacerlo los que han maltratado, violentado o abusado de niños. O, peor aún, los que han conocido esos abusos, han callado y siguen callando. A ver cuando Malas Lenguas se lo pregunta al Defensor del Pueblo, ese personaje sin mácula, intachable, que se llama Ángel Gabilondo. Él, que tan poco tiene de su nombre, y que fue fraile antes que cocinero.
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