José Pablo López confía en recuperar el pie perdido esta semana a cuenta de Eurovisión, el evento del año para RTVE. El presidente de la Corporación intenta tomar aire después de haberse quedado tan desfondado como la audiencia de La familia de la tele, el ‘remake’ de Sálvame producido, a su vez, por el ‘remake’ de la antigua productora La Fábrica de la Tele, cuyos problemas legales y su bajada de audiencia en Telecinco han sido ‘blanqueados’ cambiando el nombre, primero por Fabricantes y, tras su desembarco en TVE, como La Osa.
Pero La Osa se ha quedado sin garras y, a este paso, también sin dientes. Fuentes de la Corporación reconocen que nadie se esperaba nada de lo sucedido estos días y que la cuestión ha pillado sin capacidad de reacción a toda la alta dirección, incluyendo López -principal valedor de la opción La Osa- y su director de TVE, Sergio Calderón, reclutado de las filas de la exproductora de Sálvame.
La tormenta ha sido perfecta y ha llevado a López, habitualmente dicharachero en las redes sociales para marcar tendencia a sus ‘estorninos’, a un silencio absoluto sobre la cuestión. El asunto, pese a que López hurte legitimidad al mismo dándole la espalda, ha generado un intenso clamor.
“No lo vio venir”, argumentan desde la Corporación. Primero, el esperpento de La familia de la tele y, después, el batacazo de audiencia a pesar de contar con todos los medios técnicos y económicos del Ente. La gran apuesta, el programa más mimado de la etapa López, el espacio vendido como “histórico” para la televisión en España, capotaba de forma estrepitosa. Y, con él, la credibilidad -ya de por sí bastante retraída- y la capacidad gestora -otro tanto- de López.
Pero, según apuntan desde RTVE, ya no es ese el único problema, sino la campaña que se ha abierto bajo los pies de López y cómo ha conseguido poner en pie de guerra a la Corporación, incluyendo a sectores supuestamente afines que no toleran el desembarco de gentes dudosas como las que se agrupan en torno a La Osa. De ahí a poner en solfa la política de fichajes, un solo paso, que, por supuesto, se ha dado.
Y es que La Osa, pese a contar con sus ‘enanos infiltrados’ y sus ‘setas venenosas’ -algunas, incluso, dentro de otras productoras y de diarios conservadores-, es percibida como un peligro incluso por otros beneficiarios de las gracias de López. Así, se apunta, por ejemplo, su papel en la producción del programa Malas Lenguas, de Jesús Cintora, otro fracaso sin paliativos que continúa en emisión por interés, político y económico.
Con todos estos mimbres, López ha conseguido lo que parecía imposible: movilizar a la Corporación y ponerla en pie de guerra, incluido el Consejo de Informativos y hasta CC.OO. Ya es bastante elocuente, por cierto, el silencio de algunos aguerridos críticos de otros tiempos, como Xabier Fortes, que ha dado la espalda -ninguna novedad- a sus compañeros.
Otra cuestión, claro, es que desde ciertos sectores de RTVE se critique a La familia de la tele pero se obvien las cuestiones referentes al trío calavera: Javier Ruiz, Silvia Intxaurrondo y el propio Fortes.
Ante esta situación, no extraña que haya quienes, en la Corporación, apunten a que López y su gente estén confiando en Eurovisión, el evento del año en RTVE y una ocasión propicia para hacer ‘lobby’ en determinados sectores de influencia, para intentar una remontada de esta corriente de críticas.
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