En la era digital actual, los dispositivos móviles se han convertido en una extensión de nuestras vidas, incluso para los más pequeños. Sin embargo, el uso temprano y excesivo de smartphones y tablets está generando una creciente preocupación entre padres, educadores y profesionales de la salud debido a sus potenciales efectos negativos en el desarrollo infantil.
Diversos estudios sugieren que la exposición prolongada a pantallas en edades tempranas puede ralentizar el desarrollo del lenguaje y afectar la capacidad de atención de los niños. La interactividad de los dispositivos, aunque atractiva, a menudo es pasiva y no fomenta la misma calidad de interacción verbal y exploratoria que el juego tradicional o la lectura de libros. Los niños necesitan interactuar con su entorno y con otras personas para desarrollar plenamente sus habilidades cognitivas y lingüísticas.
El uso continuado de pantallas a corta distancia está vinculado a un aumento de la miopía en la población infantil. Además, la luz azul emitida por estos dispositivos puede interrumpir la producción de melatonina, la hormona del sueño, llevando a problemas para conciliar el sueño y a un descanso de menor calidad en los niños. La falta de sueño adecuado, a su vez, puede repercutir negativamente en el rendimiento escolar y el estado de ánimo.
La interacción mediada por pantallas puede limitar las oportunidades de juego libre y la interacción cara a cara con otros niños y adultos, fundamentales para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Los niños aprenden a interpretar expresiones faciales, tono de voz y lenguaje corporal a través de la interacción directa, habilidades que son cruciales para establecer relaciones y manejar emociones. El uso excesivo del móvil también puede derivar en aislamiento social y, en algunos casos, en problemas de comportamiento o ansiedad.
Recomendaciones para un uso responsable
Ante este panorama, expertos y organizaciones de la salud, como la Asociación Española de Pediatría (AEP), instan a la preocupación. Algunas de las recomendaciones clave incluyen:
- Evitar el uso de pantallas en niños menores de 2 años, a excepción de videollamadas con familiares.
- Limitar el tiempo de pantalla para niños de 2 a 5 años a un máximo de una hora al día, siempre bajo supervisión adulta y con contenido educativo y de calidad.
- Establecer zonas y horarios libres de pantallas en el hogar, como durante las comidas o antes de dormir.
- Fomentar actividades alternativas como la lectura, el juego al aire libre, los deportes y las interacciones familiares.
- Ser un modelo a seguir para los niños, limitando también el propio uso del móvil.
Es fundamental que padres y tutores tomen conciencia de los riesgos asociados al uso temprano y desmedido de los dispositivos móviles, priorizando el desarrollo integral de los niños en un entorno que favorezca su bienestar físico, mental y social.
Seguiremos Informando…
