Hablar de la crisis de Telecinco puede resultar un tema manido y hasta aburrido, pero cuando la actualidad manda no se puede ignorar. La cadena de Mediaset está viviendo un verano muy complicado. Sus datos de audiencia reflejan lo que ha sido su temporada regular: caótica y poco acertada.
Cabe recordad que Telecinco viene de cerrar el peor curso de su historia, con apenas un 9,6% de cuota de pantalla media y siendo la tercera opción para los espectadores. Con estos mimbres, por tanto, se antojaba muy complicado imaginar que estas semanas de verano fueran diferentes a lo que están siendo.
Si atendemos a los datos más recientes, vemos cómo Telecinco rara vez supera la barrera del unidígito. Es más, se sitúa incluso por debajo del 9% de cuota de pantalla media diaria. Ni que decir tiene que La 1 gana a la cadena privada sobradamente, pues hace tiempo que la pública se afincó en la segunda posición.
Como contamos recientemente, durante esta temporada apenas se han notado los cambios realizados en la dirección del grupo; la llegada de Alberto Carullo como director de Contenidos apenas ha tenido impacto en la dinámica de Telecinco.
Los picos de audiencia registrados durante las emisiones de La isla de las tentaciones primero, y de Supervivientes después, no han servido para revitalizar la audiencia media de la cadena, que por primera vez cierra un curso por debajo del 10% de cuota de pantalla.
TVE, la gran beneficiada de la crisis de Telecinco
Sin duda, la gran beneficiada de la crisis que sufre Telecinco desde hace aproximadamente cuatro años está siendo TVE. La cadena pública se ha encontrado con un escenario propicio para crecer e instalarse como segunda cadena, solo por detrás de la imbatible Antena 3.
La 1 cuenta actualmente con una parrilla bien armada que -eso sí, a golpe de talonario- funciona entre los espectadores prácticamente en todas las franjas del día. Lo sonrojante en cualquier caso es que La 1, con menor tradición de seguimiento entre los espectadores, haya conseguido dejar tan atrás a Telecinco.
Una cuestión que escuece y mucho en Fuencarral, donde ya no saben qué hacer para revertir esta situación. “Confiar en las apuestas de la nueva temporada” se ha convertido en una suerte de mantra que ni los propios directivos parecen creer.
Lo que está claro, desde luego, es que para que Telecinco vuelva a ser no ya la primera televisión de nuestro país, si no la segunda, han de pasar unos cuantos años. El mercado televisivo también tiene sus ciclos, como la vida misma, y actualmente la suerte -o las decisiones erróneas del pasado- parecen darle la espalda a Mediaset.
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