Los dos altos dirigentes populares valencianos se encuentran en la picota interna de su partido por las conexiones de sus vástagos. De una u otra forma, ambos han metido piedras en la estrategia general del PP.
¿Qué une a Alberto Fabra y a Esteban González Pons, además de haber conseguido en la Ejecutiva del PP de Alberto Núñez Feijóo, su procedencia valenciana y una cierta amistad entre compañeros de partido? Básicamente, que ambos están siendo muy discutidos, de forma discreta, por los empleos de sus hijos, que han contribuido a crear problemas a las estrategias del PP.
El último episodio lo ha protagonizado Fabra, que ha renunciado -con calma, eso sí, no se agobie- a la presidencia de la Comisión de Defensa del Congreso tras conocerse las vinculaciones de su hijo con una empresa del sector. Una incompatibilidad de manual, vaya. La presencia como directivo del vástago de Fabra en Das Photonics, propiedad de Escribano Mechanical & Engineering, acrecienta las paranoias porque no sólo da munición al PSOE, sino que implica al propio PP en una guerra político-comercial en la que se barajan intereses personales.
Y es que la matriz de Das Photonics, EM&E, es la empresa familiar del actual presidente de Indra, Ángel Escribano, que busca que la compañía participada por la SEPI y por la propia EM&E (su hermano, que controla ésta, también tiene puesto en Indra, y no precisamente en la cadena de montaje…) absorba a ésta en una operación calificada, como mínimo, de “sorprendente” y para la que, según diversas fuentes, necesita el apoyo -o, como poco, la indiferencia- del PP. No deja de ser llamativo, también, que Escribano haya valorado a EM&E en 1.300 millones de euros, según OKDiario.
La sombra de la acción de los lobbies siempre ha estado presente en las últimas acciones de Escribano en Indra, incluyendo el choque con Santa Bárbara. Unas operaciones en las que se ha señalado la presencia del expolítico socialista Juan Moscoso, consejero de Indra y vinculado a la consultora Kreab, donde ejercía en los ‘asuntos públicos’ el exsecretario de Estado de Hacienda Miguel Ferre, que fue retirado al estallar el ‘caso Montoro’ por su vinculación con el exministro de Rajoy.
En esas aguas también moja, según parece, el consultor Aleix Sanmartín, que fue reclutado por Alberto Núñez Feijóo y cuya labor con el dirigente popular, según reconocen fuentes de ese partido, todavía está por ver a la vista de las encuestas.
Los simpáticos chinos
En paralelo, al compadre de Fabra, Esteban González Pons, le ha sucedido algo similar. La presencia de su hijo, en su momento, en una consultora vinculada al lobby prochino con terminales socialistas fue determinante para hacer capotar la estrategia de ataque puesta en marcha por el nuevo secretario general del PP, Miguel Tellado.
El cabreo de Tellado fue, según resumen fuentes del partido, antológico, aunque desde Génova se cubrieron bien de mostrarlo en público. Fue un pinchazo a una línea de ataque al PSOE que hubiera podido dar buenos resultados. Salvo por el detalle de tener a su jefe de filas en Bruselas pringado a través de un familiar directo y con una hemeroteca a favor de una empresa china de ‘telecos’ que pesaba como una losa.
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