Las empresas europeas consideran que las crisis cibernéticas han escalado hasta convertirse en el riesgo más urgente que enfrentan. Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta CCNE Pulse Check 2025, realizada por la red Crisis Communications Network Europe (CCNE). En ella participaron agencias de comunicación de crisis de 18 países, que evaluaron los tipos y frecuencia de incidentes en 2024 y el primer semestre de 2025, así como las herramientas que emplean para asesorar a sus clientes.
Según el informe, 11 de las 18 agencias consultadas ubican los ciberataques por encima de amenazas como la inestabilidad política, las disrupciones económicas o los conflictos comerciales. Así lo explica Frank Schroedter, director general de Engel & Zimmermann e impulsor del estudio: “Las crisis cibernéticas se han convertido en parte de la vida cotidiana. Los daños que causan pueden ser significativos e incluso llevar a la insolvencia de la empresa.”
Pese a esa percepción de riesgo avanzado, el estudio detecta una brecha preocupante en la preparación: casi el 90 % de los expertos en comunicación de crisis considera que sus clientes tienen una preparación “moderada” o “deficiente” frente a incidentes cibernéticos. Uno de los fallos comunes es confiar demasiado en manuales de crisis digitales que, para empezar, pueden no estar accesibles en momentos críticos, y que además muchas veces están desactualizados. En lugar de eso, los expertos apuestan por simulaciones, entrenamientos basados en escenarios reales, clarificación de responsabilidades comunicativas y una práctica constante.
El estudio también identifica otras amenazas que se están consolidando como focos crecientes de crisis comunicativa: la desinformación amplificada por inteligencia artificial, los efectos derivados de contextos geopolíticos cambiantes, la polarización social, la propagación de bulos y noticias falsas y los riesgos ambientales. Estas tendencias complican aún más el panorama, poniendo presión tanto en la dirección estratégica de las empresas como sobre sus funciones de comunicación.
La buena noticia es que las agencias encuestadas ya están aplicando medidas preventivas concretas. Más del 70 % utiliza sistemas de alerta temprana —por ejemplo vigilancia de redes sociales o detección de temas sensibles— y aproximadamente un tercio ha incorporado herramientas de monitoreo basadas en IA. Asimismo, más de la mitad realiza talleres formativos y ejercicios con medios de comunicación con regularidad para reducir la brecha entre lo que se teme y cómo se actúa en consecuencia.
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