El presidente de RTVE, José Pablo López, compareció durante este jueves en la Comisión Mixta de control parlamentario de la Corporación RTVE y sus sociedades ante los portavoces de los distintos grupos en el Senado.
La tensión en la Comisión Mixta de control de RTVE se centró rápidamente en la posible retirada española del Festival de Eurovisión por la presencia de Israel. Respondiendo al diputado socialista Raúl Díaz, López afirmó que RTVE ha agotado las negociaciones y que “ha llegado el momento de no mirar hacia otro lado con el genocidio de Gaza”.
El presidente criticó sin paliativos a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) por su doble rasero: “En la invasión rusa a Ucrania, a Rusia se le expulsó del festival y de la UER; aquí no”. Aseguró que la decisión de no participar no es partidista, sino que “tiene que ver con los derechos humanos”, ya que “el festival de Eurovisión es el más politizado que existe”, con un país que “influye de manera activa en los resultados”.
López concluyó su argumentación sobre el evento musical reprochando a la dirección de la UER el “inmenso daño” que está causando al festival y sentenció: “Me duele no emitirlo, pero hay cuestiones que están por encima del entretenimiento”.
Otro de los bloques de mayor confrontación fue la defensa del presidente a los profesionales de la Corporación frente a lo que varios grupos tildaron de “sesgo sectario”. El diputado de Sumar, Sierra Caballero, aseguró que el “trumpismo político ha desatado la persecución a periodistas como Silvia Intxaurrondo o Sarah Santaolalla, siguiendo el patrón de Milei y la Casa Blanca”.
Echa balones fuera sobre la falta de imparcialidad: “Lo que molesta es que TVE se vea”
En este sentido, López respaldó estas declaraciones, asegurando que la Corporación no va a permitir el “señalamiento” y el “escarnio” de sus colaboradores. “Insinuar que una mujer está contratada por algo más que su valía eso es machismo”, espetó. El presidente vinculó los ataques a los buenos datos de audiencia y al mayor pluralismo de la cadena: “Lo que molesta de RTVE es que se vea”.
En un ataque directo al modelo privado, el presidente de RTVE sentenció que el panorama de televisión en abierto ha “experimentado un retroceso en materia de pluralismo” por las fusiones y la homogeneización editorial. Además, desafió a la oposición, principalmente al PP, a demostrar las acusaciones de “mafia absoluta” y “aparato impúdico de propaganda” que lanzan contra la televisión pública.
Las peticiones de mayor financiación para la “nueva” televisión pública también salieron a relucir. Ante la pregunta de Vox sobre la solicitud de 40 millones de euros extra a la SEPI, López se mostró orgulloso: “Claro que le he pedido más dinero, porque el servicio público, mientras yo esté de presidente, tiene que estar bien financiado”.
Finalmente, el presidente respondió a las críticas del diputado Manuel Mariscal (Vox) sobre el “hartazgo del pueblo español” por el supuesto adoctrinamiento de la cadena, afirmando que la Corporación “no está para exaltar un nacionalismo español excluyente”, ni para hacer “un señalamiento del que piensa diferente”, sino para reforzar la democracia.
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