Las prioridades y percepciones sobre los riesgos reputacionales están marcando una clara línea divisoria entre empresas y agencias de comunicación. Según los últimos datos de Onclusive, mientras los equipos internos consideran que las acciones políticas y regulatorias representan la principal amenaza para sus marcas, las agencias apuntan a la desinformación y las noticias falsas como el mayor peligro para 2026.
Esta diferencia de enfoque refleja cómo cada actor percibe la vulnerabilidad reputacional desde su posición: las compañías, más expuestas a la regulación y a los cambios de contexto, temen el impacto de nuevas normativas o decisiones políticas; las agencias, por su parte, ven en la viralización de contenidos falsos un riesgo cada vez más incontrolable en la era digital.
Aun así, ambos coinciden en que la experiencia del cliente es una fuente común de preocupación. Las reseñas negativas, quejas en redes o menciones desfavorables continúan siendo factores decisivos a la hora de desencadenar una crisis.
Para adelantarse a estos escenarios, Onclusive propone la implementación de sistemas de alerta temprana basados en escucha social, capaces de detectar señales políticas, brotes de desinformación o cambios en la percepción del consumidor. Esta monitorización en tiempo real permite a las marcas reaccionar con agilidad y evitar que los problemas reputacionales escalen.
Casi la mitad de las agencias espera recortes presupuestarios en comunicación en 2026
Sin embargo, la gestión del riesgo no solo depende de la anticipación, sino también de los recursos disponibles. Casi la mitad de las agencias consultadas espera recortes presupuestarios en comunicación en 2026, lo que evidencia una vulnerabilidad financiera creciente en el sector. Además, un tercio de los equipos internos admite que aún no puede medir de forma fiable el ROI de sus acciones, un déficit que debilita la capacidad para defender inversiones sostenidas en comunicación.
En este contexto, la presión por resultados inmediatos continúa imponiéndose sobre las estrategias a largo plazo. Aunque la sostenibilidad y la gestión reputacional siguen presentes en el discurso corporativo, las victorias rápidas y medibles siguen siendo, para muchos, el criterio que decide las inversiones.
Así lo explica Shayoni Lynn, fundadora y directora ejecutiva de Lynn Group: “La pérdida de confianza en las instituciones, los medios de comunicación y la política está creando un entorno más volátil tanto para las marcas como para las organizaciones. Ya se está instando a los comunicadores a prever los riesgos reputacionales y a desarrollar resiliencia. Esto requiere una mayor integración de las ciencias del comportamiento para comprender por qué las personas creen lo que creen y crear historias más persuasivas que reflejen la identidad y la visión del mundo de las audiencias.“
