Los populares fármacos inyectables desarrollados para la pérdida de peso, que han revolucionado la lucha contra la obesidad, acaban de destapar un beneficio aún más importante: reducen el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves en un 20%.
Un reciente estudio, que ha generado gran expectación en la comunidad médica, sugiere que el efecto protector de estos medicamentos va más allá de la simple pérdida de peso. Los investigadores indican que el beneficio no puede atribuirse únicamente a la bajada de kilos, sino que debe existir un mecanismo biológico adicional.
La revelación refuerza la tesis de que la obesidad debe ser tratada como una enfermedad crónica con graves consecuencias sistémicas, y no solo como un problema estético. Este hallazgo invita a la comunidad científica a seguir investigando para comprender “qué más” están haciendo estos fármacos en el organismo para blindar el corazón de los pacientes.
El medicamento se consolida así como una herramienta dual, capaz de combatir la obesidad al tiempo que ofrece una protección vital contra la principal causa de mortalidad en el mundo: las enfermedades cardiovasculares.
Así actúa la semaglutida como elemento cardioprotector
El medicamento estrella para la obesidad, la Semaglutida (principio activo de fármacos como Ozempic y Wegovy), no solo transforma la báscula, sino que se ha revelado como una herramienta directa de cardioprotección. Un estudio de gran envergadura ha confirmado que estas inyecciones reducen en un 20% el riesgo de sufrir infarto, ictus o muerte cardiovascular en pacientes con sobrepeso u obesidad y enfermedad cardiovascular preexistente, incluso si no son diabéticos.
El hallazgo, que proviene del masivo ensayo SELECT (realizado en 17.600 pacientes y financiado por el fabricante Novo Nordisk), ha provocado una reevaluación total del fármaco.
El efecto secreto: ¿Por qué protege el corazón?
Lo más sorprendente del estudio es que el efecto protector no se puede atribuir únicamente a la pérdida de peso, lo que sugiere que el medicamento está actuando directamente sobre los mecanismos de la enfermedad cardiovascular.
Los investigadores señalan varios factores clave que podrían explicar este “efecto secreto”:
- Lucha contra la Inflamación: La Semaglutida parece reducir la inflamación vascular y la producción de citocinas proinflamatorias.
- Mejora de Biomarcadores: Contribuye a la mejora de la presión arterial y los niveles de colesterol LDL (“malo”).
- Función Endotelial: Mejora la función endotelial, aumentando la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse y mantenerse elásticos.
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